‘Apocalypse Now’

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OSWALDO.SANCHEZOjalá la celebración del Día de la Tierra –Earth Day– o de la Madre Tierra, sea momento ideal para reflexionar sobre el estado del medio ambiente y advertir las consecuencias por su mal manejo, pues el hombre ha alteradoel equilibrio perfecto que ofrece el Planeta Tierra poniendo en peligro la existencia del planeta, entorpeciendo más de cuatro mil quinientos millones de años de evolución.

Todo por una absurda interpretación utilitarista del mandato bíblico: «(…) llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra». Grave equivocación que nos está conduciendo a este ‘Apocalypse Now’ medioambiental, por convertir el Planeta en mísera mercancía, donde prevalece la acumulación de capital y el dividendo individual.

En estudio publicado en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) en 2018, los autores Yinon M. Bar-On, Rob Phillips y Ron Milo advierten del impacto que los seres humanos (el 0,01 % de la vida del planeta) hemos provocado en la biosfera habiendo destruido el 50 % de las plantas y el 83 % de los mamíferos, pues nada escapa del impacto de la mano humana en el planeta.

Que la irracionalidad nos abruma lo prueban los largos y dolorosos años de lucha armada, que nadie logra entender y que ha dejado una víctima, entre tantas otras, de la cual se habla poco y en veces ni se menciona: el medio ambiente.

Afirma Parques Naturales que 37 de las 59 reservas son escenario de la confrontación. Ha habido circulación y estancia de grupos armados en estos santuarios, siembra de minas antipersonas, cultivos ilícitos, tala indiscriminada y contaminación de afluentes por las toneladas de mercurio que se arrojan anualmente a sus aguas por la extracción irregular del oro o los más de 4 millones de litros de petróleo derramados con ocasión de las voladuras de oleoductos.

Por su parte, la contaminación es causante del 16% de las defunciones mundiales anuales y el 92% de ellas “ocurren en países de bajos y medios ingresos, donde la polución afecta de forma desproporcionada”, escribe la periodista especializada en Salud, Medicina y Biociencia, Laura Tardón.

Y esta contaminación no es sólo la del aire, aunque es la más impactante; también están la del agua (islas de plástico, por ejemplo, que deambulan en los océanos como la denunciada por la fotógrafa británica Caroline Power en las costas de Honduras), la exposición a toxinas y carcinógenos en el lugar del trabajo y la contaminación por plomo. 

Que este querido terruño no escapa del alcance de la mano depredadora del hombre nos lo presenta muy sentidamente el editorial del isleño.com de octubre del año 2017: “Los recientes informes y columnas de opinión publicadas en este portal acerca del creciente deterioro ambiental de los corales de San Andrés no son una advertencia más. Lo que se está evidenciando –aquí y ahora– es la manifiesta y nociva degradación de nuestra principal defensa que son los arrecifes coralinos. Léase bien: nuestra principal defensa territorial”. No hace mucho el Director de Coralina expresaba su preocupación por “las reiteradas talas y quemas registradas en los últimos días en el Departamento”. También este periódico vuelve a la carga por pesca indiscriminada en Little Reef, aseverando que esta es “Una actividad depredadora y oportunista que nada tiene que ver con las artes de pesca tradicionales de los isleños o de supervivencia”.

¿Nos daremos por aludidos?

A pesar de tanta obstinación y desgreño alienta saber que no son pocos los dispuestos a dar la batalla en defensa de esta Madre Tierra y “morir con las botas puestas”.

Voces como las del Papa Francisco y la de Bartolomé, patriarca ortodoxo de Constantinopla, que al unísono hacen "un llamamiento urgente a quienes ocupan puestos de responsabilidad (…) para que escuchen el grito de la Tierra y atiendan las necesidades de los marginados (…) para que respondan a la súplica de millones de personas (…) por el cuidado de la Creación herida". O la de la Procuraduría Delegada para asuntos Ambientales que insiste en que "La protección de los corales es un imperativo, porque proveen oxígeno al planeta y porque son una barrera natural el Archipiélago”; las permanentes campañas de limpieza como la de ‘San Andrés más limpia’ de agosto pasado, animan a seguir insistiendo.

Es deseable que este espacio de “aislamiento” inspirara a la Escuela a cumplir con ese fin de la Educación que conmina inculcar en los niños “conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, (…)”, haciendo lo que los viejos no hicimos.

Son estos granitos de arena puestos en la construcción de un mundo más esperanzador que nos alientan para decir con Miky Calero: “¡Gracias Pachamama, Madre Tierra que estás de fiesta!”