Estamos conectados y no aislados: el pacto con el planeta

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JORGE.SANCHEZEsta crisis sin lugar a dudas es una prueba para el Gobernador y todo su equipo de trabajo. Se puede entender la crisis como una oportunidad para el “nuevo comienzo” o mantener la isla viviendo crisis simultáneas. El ideal sería que esta pandemia pueda ser la oportunidad para darle un nuevo rumbo al Archipiélago en su totalidad; que signifique crecimiento, mayor resiliencia, sustentabilidad.

En la otra manga está la realidad; la sociedad usualmente piensa que las crisis significan una oportunidad de cambio “pues ya tocamos fondo y solo queda un camino y ¡es pa’ arriba!”. Pero la experiencia nos ha mostrado todo lo contrario y muchas veces continuamos es pa’ abajo.

Es así como, la recomendación más sencilla es entender la crisis no como un evento aislado, porque la solución se direccionará a un momento y sector específico. Analizar los procesos históricos que generan la vulnerabilidad no solo del sistema de salud sino de los otros sistemas que entraron en crisis; porque si no se mantendrán las estructuras presentes sin aprender del pasado.

No hay elección ni estrategia fácil por ningún lado. Cabe cuestionarse ¿Hemos aprendido algo? ¿Hemos cambiado algo?

En este punto, es fundamental analizar las respuestas previas a diferentes crisis, análisis del riesgo y la vulnerabilidad social (si es que los hemos hecho), revisar investigaciones y simulacros pasados. Cada crisis debe sumar para enfrentar otra.

Vivimos el huracán Beta y después de 14 años el sistema de preparación frente a huracanes sigue siendo muy débil. Vivimos la crisis del agua, con su punto máximo en el 2016, y continuamos sin agua, con el mismo operador, pero ahora con la esperanza de que al 2035 el agua llegue una vez por semana al sector rural.

Estamos viviendo una crisis climática en la cual el Archipiélago lo evidencia en la erosión costera y en la pérdida de recursos pesqueros. Y, para colmo, la pandemia llega a nuestra puerta en medio de la crisis hospitalaria.

Observemos con detenimiento un ejemplo modélico, basado en la experiencia, la preparación y de percibir el riesgo global como local. Hoy Miami-Dade, frecuentemente golpeado por huracanes, cuenta con hospitales que tienen como atender la pandemia, se construyeron bajo el protocolo de preparación de desastres por huracanes, actualmente adaptado su sistema e infraestructura para hacer frente, tanto a los ciclones tropicales, como también para enfrentar al COVID 19.

Es que prepararnos frente a una amenaza debe llevarnos a estar más fortalecidos para afrontar otro tipo de amenazas. Aunque cada una de las crisis o desastres tengan características únicas, es importante reflexionar en si SÍ pudimos haber estado mejor preparados para enfrentar la amenaza actual... ¿Será que estuvimos atentos a las señales que indicaban que ésta pandemia nos podía afectar?

Y ahora además de la pandemia, se suma el pronóstico de una temporada de huracanes más intensa. Se prevé que se formen 14-18 tormentas tropicales, de las cuales 7-9 se convertirán en huracanes y en particular 2-4 serán de mayor categoría. La preparación para esta temporada nos cogió en cuarentena; es decir, que necesitamos crear nuestro kit de preparación de herramientas digitales.

Estamos aprendiendo una lección, que nos pudo haber llevado a ‘perder el año’ y mucho más.

Que el Archipiélago debe verse desde un punto ecocéntrico, visto como una unión personas, habitando tres islas, en un territorio de ultramar del mar Caribe, conectado con una serie de variantes globales, sujeto a los efectos de una masa viva llamada biosfera, la parte viva del planeta tierra. Y así, prepararnos para afrontar los cambios que en breve se presentarán.

Y es que antes había muchas epidemias que quizá estaban en Asia o China y no nos afectaban; pero ya aprendimos que un virus puede extenderse al cabo de una semana a unos 40 países. Y es que, ahora debemos reconocer, que hacemos parte del mundo, que estamos conectados, que no estamos tan aislados como creíamos, que lo que pasa en China y en cualquier parte del mundo puede afectarnos.

Para cerrar todo esto, con un hermoso lado positivo, vale la pena reflexionar que detrás de esta pandemia está la recuperación de la naturaleza y con ello la resiliencia del planeta.

El antropólogo Weildler Guerra Curvelo, de destacada experiencia en estudios del Caribe, escribe: "En medio del respiro dado al medio ambiente la gente recupera la idea de un universo primordial. Las fotografías de delfines en aguas prístinas y azules, los felinos y venados que deambulan por el borde de las ciudades, el retorno de las aves silvestres a los jardines y ventanas de nuestras casas nos hace revivir la posibilidad de un nuevo pacto con el planeta."

(*) En colaboración con Carolina Velásquez Calderón, candidata a doctor PhD (C) en el Estudio Científico de los Desastres de la Universidad de Delaware (USA).

 

Última actualización ( Viernes, 10 de Abril de 2020 12:52 )