Lo que se necesita en los momentos de crisis.

Imprimir

PASTOR.MIGUEL.MANUELEn medio de toda situación, en medio de toda crisis, en medio de todo temor, nunca debemos olvidar que nuestro Dios tiene el control. “El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente”. (Salmo 91:1. Reina Valera Revisada - 1960)

Morar bajo la sombra del Omnipotente quiere decir estar bajo protección, cuidados, cobertura, bienestar y refugio del Todopoderoso. Morar bajo la sombra del Omnipotente también quiere decir tener una defensa segura, tener un refugio eterno y tener una protección constante de Dios.

En los momentos de crisis, en los momentos en que hay problemas y tribulación, en los tiempos de angustia y de desespero, allí es cuando necesitas estas tres cosas:

1. UNA FE INQUEBRANTABLE.

En especial aquellos que tienen su confianza puesta más en Dios que en los hombres, es sobre quienes debe notarse más esta clase de fe. Porque la mayoría de las personas tienen la confianza puesta: 1 sobre un hombre, 2 sobre un dirigente, 3 sobre una solución al problema, que en este caso es una vacuna, 4 su confianza está puesta en el personal médico y de salud; pero difícilmente buscan de Dios porque no confían en Él, cuando verdaderamente la fe inquebrantable viene de Dios.

Entonces si bien es cierto hay cosas que el hombre puede solucionar, pero hay cosas que sin la intervención divina no darían resultado, por eso es importante que tú medites en tu clase de fe ¿cuál es tu nivel de fe? Porque si es de creer, todo el mundo cree en algo o en alguien, sea celestial o diabólico, sea malo o sea bueno. Entonces en muchas cosas una parte depende de ti, pero otra depende de Dios, y hay otras cosas que solo necesitan la intervención humana.

La cuestión con todo esto es discernir o darnos cuenta de cuándo es necesaria la intervención divina; y en este caso grave de esta mega crisis mundial, no hay duda que la solución la tiene Dios, pero el hombre debe participar activamente de ese milagro. Entonces regreso a mi punto y les digo, porque sin fe no van a agradar a Dios. La fe es la que mueve montañas, la fe es la que levanta hogares, la fe es aquella que aun estando enfermo puedes declarar tu sanidad y aun estando en deudas y miseria, puedes reclamar abundancia material. La fe es la que te hace dar un paso mayor al que dan todos, porque tú esperas algo con convicción. La fe logra todo lo que se propone.

En los momentos de crisis, en los momentos en que hay problemas y tribulación, en los tiempos de angustia y de desespero, allí es cuando necesitas estas tres cosas:

2. UNA UNIDAD DE UN SOLO CORAZÓN

En tiempos de crisis hay que tener cuidado con la gente de mal corazón, con la gente chismosa, con la gente envidiosa, con la gente egoísta y con la gente que causa división; porque en estos momentos cualquiera persona con estas características va a ser un estorbo.
Cuando las personas no están involucradas en algunas situaciones difíciles, son casi insensibles ante los que sí lo están; pero cuando eres tú mismo o alguien cercano a ti, eso te hace más sensible a lo de Dios.

Entonces la unidad, que viene de la palabra unir, es una de las características de una familia normal. La unidad no debe romperse, la unidad no debe violentarse, la unidad no debe forzarse, y la unidad tampoco debe rogarse. Permite que el que quiera estar cerca de ti lo esté, así mismo el que quiera estar lejos de ti; pero si le digo claramente esto: Todo aquel que tiene un corazón malo y que tiene un alma oscura va en contra de la unidad. Quiere decir que esto es tan importante como lo es el orar, porque el diablo no penetra un círculo completamente unido y sellado. Entonces pueblo del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina necesitan unirse, no a criticar a nadie, sino a ayudar a todos.

En situaciones como estas hay que tener la cabeza fría y el corazón ardiente. Si entramos en pánico, si tenemos miedo, eso no nos ayuda a actuar correctamente, porque Dios no nos da un espíritu de temor, sino de dominio propio, y una cosa es el temor de cuidado ante un virus de esta magnitud, y otra es el temor a que pueda destruirnos, porque una cosa es la prudencia y así mismo otra, la imprudencia. Ese temor que te quita la paz, no es el mismo temor a ser prudente y confiar en Dios. Porqué el temor es lo opuesto a la fe.

No debemos permitir que las redes, los informes y la realidad nos hagan actuar equivocadamente, pero si debemos permitir que la prudencia nos haga pensar con el corazón para cuidarnos nosotros, cuidar a los que amamos y cuidar incluso a los que no conocemos. Cuídense unos a otros, porque si tú te cuidas, cuidaras a los demás

Y termino este punto diciendo qué es importante entender que Dios nos hace valientes no imprudentes, que Dios nos protege, pero tenemos que cuidarnos y hacer nuestra parte, y que Dios quiere lo mejor para nosotros. Entonces la unidad hace la diferencia

En los momentos de crisis, en los momentos en que hay problemas y tribulación, en los tiempos de angustia y de desespero, allí es cuando necesitas estas tres cosas:

3. NO OLVIDEMOS LO QUE ES LA MISERICORDIA

En este momento si bien es cierto, todos o casi todos queremos cuidarnos, no podemos tampoco maltratar, ofender e irrespetar a aquellas personas que pueden estar enfermas, porque no debes hacerle a otro lo que no quisieras que te hicieran a ti.

Creo que es el tiempo de darle valor a lo que antes no lo tenía, y es el tiempo de quitarle importancia a algunas cosas que no eran tan importantes, por ejemplo, ahora ni tu clase social, ni tu dinero, ni tu apellido, ni tu profesión son tan importantes como tu salud. Ahora todos estamos en las mismas condiciones, dependiendo absolutamente de Dios y rogándole protección y misericordia, pero debemos ser misericordiosos con todos.

Es el momento de ayudarnos unos a otros, de amarnos unos a otros y también nos daremos cuenta quiénes son los verdaderos amigos, pero apelamos a la misericordia de Dios y a su divina protección, por eso te invito hoy a hacer esta oración conmigo.

Oración: En el nombre del Señor Jesucristo coloco sobre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina un manto de protección especial y un cerco de ángeles que rechacen toda plaga, toda mortandad, todo virus que quiera tocar este archipiélago y también a Colombia, y a cada uno de sus hogares. Amen.

Quiero terminar mi escrito pidiéndoles a todos que no cesen de orar, con convicción y con fe. 

Apóstol, Miguel A. Manuel Cubillos (Pastor titular de la Primera Iglesia Bautista Hispana – Casa Hispana)

Última actualización ( Jueves, 09 de Abril de 2020 07:22 )