Nuestra respuesta ante la pandemia

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No obstante lo anterior, y sin quitar méritos a las acciones realizadas por la Gobernación, la Alcaldía, la Secretaría de Salud, las fuerzas militares (Policía y Armada Nacional, FAC, Dimar) y otras instituciones en conjunto con la población civil; es visible que se ha llegado a la etapa crítica en la cual existe posibilidad que la cifra de contagios se incremente.

En este orden de ideas, se hace necesaria la referencia a la respectiva indisciplina social que en varias ocasiones y diferentes escenarios ha trascendido de manera lamentable las normas elementales de comportamiento establecidas para mantener estable el número de casos de contagio.
Por otro lado, el archipiélago debe contar con todas las herramientas posibles, no solo de infraestructura, también en conocimiento para afrontar un riesgo mayor.

En este sentido cabe citar a los especialistas. "La gestión de riesgo tiene una importancia fundamental en el control epidémico, pues el sistema de reducción de peligros sabe cómo analizarlos, encontrar debilidades y capacidades en otros sectores, cosas que no lo sabe el sector de salud, por ejemplo”, dice Ciro Ugarte, director del Departamento de Emergencias en Salud de la Oficina Regional de la Organización Panamericana de la Salud. Interesante reflexión.

Por otro lado la publicación de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos y Desastres (UDNRR) asegura que las enseñanzas aprendidas a través de décadas de gestión con fenómenos naturales (huracanes, terremotos, incendios, etc.) es vital para entender los mecanismos de contingencia durante esta pandemia.

"Los sistemas nacionales de protección civil y gestión de riesgo deben trabajar de forma directa e integral en las estrategias de reconstrucción y recuperación", afirma Alexander Solís, presidente de la Comisión Nacional de Emergencia de Costa Rica, uno de los países miembros de la mencionada organización.

Por último, focalizando el tema en el contexto del archipiélago, Carolina Velásquez Calderón, especialista de la Universidad de Delaware (USA), afirma que “las crisis se transforman de acuerdo con la sociedad y la naturaleza. Son dinámicas y no estáticas, se entrecruzan y hacen parte de la naturaleza de cada sociedad”.

Lo que se puede observar es que esta crisis, toca al archipiélago en especial, por cuanto las características locales presentan crisis del agua debido al intenso verano, deficiencia hospitalaria, debilitamiento en seguridad alimentaria y, adicionalmente, agrava la situación el deficiente sistema sanitario.
En la actualidad las organizaciones y los sistemas tecnológicos complejos representan un importante rol en la búsqueda de soluciones viables y ágiles.

“La gestión de los riesgos es el concepto y el ejercicio de minimizar el riesgo de un posible desastre mediante esfuerzos sistemáticos en el marco de sus tres procesos vertebrales: conocimiento, reducción, y manejo del desastres”, afirma Velásquez Calderón.

Para lo anterior, es menester aplicar las posibles soluciones planteadas con el enfoque multisectorial, permitiendo así la coordinación entre las instituciones competentes, reforzando las debilidades de cada una a partir de las fortalezas de la otra. Indudablemente la autoprotección, la precaución y solidaridad ciudadana entran a jugar en las islas un gran importancia.

Visto de esta manera la gestión del riesgo se convierte no en una simple etapa temporal ante la crisis sino en un proceso de desarrollo sostenible. En pocas palabras, es el momento de la ciencia, la tecnología, la innovación, pero también de la creatividad y la innovación coordinada desde lo interinstitucional y aplicada por la voluntad y la tenacidad ciudadana.

¿Estaremos a la altura del compromiso? El tiempo y, desde luego, nuestro Creador, tienen la respuesta.