Un acuerdo colectivo

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OSWALDO.SANCHEZTras el paro docente de marzo creemos válido preguntar: ¿son el Ministerio de Educación (MEN) y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) aliados en la búsqueda de una educación de calidad para nuestro país, al presentarse como paladines “desfacedores de agravios y sinrazones”, como el desequilibrado Hidalgo de la Mancha? ¡'Place your bets, people'!

Tras dejar sin clase a unos 8 millones de niños por dos días y 29 sesiones realizadas entre el 11 de marzo y el 16 de mayo de 2019, esas entidades presentan a la comunidad un nuevo ‘acuerdo’ sobre la torta de la educación, “luego de un complejo proceso de negociaciones”, según Fecode.

El MEN, más parco, dice que “se lograron acuerdos relacionados con la financiación de la educación pública”, pues está “comprometido con la dignificación, el bienestar de los docentes y la calidad de la educación”. “Cada uno habla de la feria como le va en ella”, enseña ‘La Celestina’.

(“Yo subía ella bajaba, la mire y me miró. Ding dong ding dong... Será el amor”)

Y en atención al lenguaje que emplean tanto Fecode como el MEN, hacemos la primera afirmación: no les importa la Educación, lo que importa es quién vence. En efecto, dice el primero: “Fecode logra acuerdos trascendentales para el Magisterio y la Educación Pública Nacional”. Es decir, Fecode doblegó al MEN.

Por su parte, este dice: “El Gobierno Nacional, comprometido con la dignificación, el bienestar de los docentes y la calidad de la educación, firma acuerdos significativos con el magisterio colombiano”. Entendamos, es el Ministerio de Educación el que vela por la educación de nuestros niños y en su nombre se dan la pela.

(“Y así fuimos caminando por la calle Santa Fe. A ella le gusta una rosa, a mí me gusta un clavel. Ding dong ding dong, anda rondando el amor”).

¿Y en qué consisten los ‘acuerdos’? Veamos.

Los acuerdos llamados floridamente: “Acuerdo Colectivo”, versaron sobre 36 temas, de los cuales solo cinco se relacionan de manera directa, aparentemente, con el Estudiante; los restantes treinta y uno, son para beneficio y provecho del profesor.

En esto debe haber mucha precisión. La enciclopedia jurídica enseña que ‘acuerdo’, “Más que significar la concordancia de dos grupos de voluntades que representan intereses hasta cierto punto contrapuestos, designa el encuentro de voluntades que representan intereses paralelos y que se proponen alcanzar un mismo objetivo a través de un acto de negociación”. Por tanto, de lo que se trata es de dar contentillo, así sea en contra de los intereses de los escolares y de la misma educación.

(“Ella es frágil, tierna y dulce, Mira que encontrarla yo. Voy pensando y me sonrío, para mí que existe Dios. Ding dong ding dong, en las cosas del amor”).

Y aquí hacemos una segunda afirmación: se ha perdido otra oportunidad de hacer que por la educación nuestros niños y con ellos sus familias, la comunidad y nuestra Colombia en general entren por sendas de progreso y dignificación de las personas.

No es difícil entenderlo. Los cinco acuerdos que apuntan al estudiante de manera directa hablan de financiación de la educación pública; fortalecimiento de la educación pública: preescolar de tres grados; fortalecimiento de las normales superiores; fortalecimiento de la educación pública: progresividad del acceso a la educación; incremento de coberturas, mejoramiento de la calidad y jornada única; tienen como fundamento el giro de recursos económicos, nada de compromisos de resultados productos del proceso educativo.

Los demás, “para beneficio y provecho del profesor”, tratan temas como juegos deportivos y encuentro cultural y folclórico del magisterio, vivienda, reconocimiento y pago de prestaciones sociales, pasivo prestacional, conceptos y recomendaciones médico laborales, riesgos laborales y salud en el trabajo con perspectiva de género, etc.

Los 36 ‘acuerdos’ tienen un común denominador muy llamativo: el gobierno se compromete a…, entre tanto, ¡los docentes no ponen ná! ¿Me he explicado? ¿De qué calidad educativa estarán hablando cuando uno de los dos actores se abstiene de visibilizar (como se dice ahora) su compromiso y el otro tampoco dice ná?

¿Para qué va a servir, por ejemplo, capacitar en Ciclos de Formación a Directivos Docentes del país a 3.935 directivos docentes, en 32 ciudades de Colombia, en liderazgo, trabajo colaborativo, manejo de emociones y planeación conjunta” si los docentes no están dispuestos a cambiar ni hay autoridad que sea capaz de lograrlo?

(Si ella dice que The Bee Gees yo digo de The Tremeloes./ Si ella dice que Los Beatles, yo digo The Rolling Stones./ Ding dong ding dong, para cantarle al amor).

¿Son el MEN y Fecode aliados en la búsqueda de una educación de calidad para nuestro país? ¡'Place your bets, people'!

 

Última actualización ( Sábado, 22 de Junio de 2019 07:50 )