¿Y si no supiéramos que queremos?

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EDNA.RUEDEA2La imaginación, se supone, tiene como sustratos los conceptos adquiridos; puedo por ejemplo, imaginar un animal parecido a un caballo, con un cuerno en su frente y con un arcoíris que le brota de la punta, porque he visto caballos, cuernos y arcoíris. La imaginación entonces se vuelve una reorganización de los conceptos que tengo y de los que dispongo, consciente o inconscientemente.

Pero no puedo imaginar, con la misma facilidad al menos, una forma de vida en cinco dimensiones, basada en el cobalto y no en el carbono, y que use un lenguaje hecho de sabores y no de sonidos, esa imagen me tomará un poco más para ser construida y al final, volveré a hacer uso de las herramientas mnémicas que tengo para armar este concepto.

Y ¿qué pasaría si otros conceptos más elaborados también me fueran desconocidos? Conceptos como paz, progreso, incluso felicidad.  ¿Y si la realidad que atormenta hoy a esta Colombia, depende de la incapacidad colectiva de saber que quiere, y en consecuencia, no sabe cómo conseguirlo?.

Puede parecer obvio que es la Paz, pero lo que puede estar pasando es que homologuemos la vivencia particular de Paz que viven otros países, como si fuese posible que ella, la paz, significara lo mismo para un vietnamita que para un italiano. La paz para un siberiano, nunca será la paz para un barranquillero.

Está claro es mucho más que el antónimo de Guerra, que es más bien una construcción social, pluripotencial y con características sutiles en cada contexto. Paz es más que la ausencia de carros-bomba, es más que presencia militar, más que una sociedad homogénea y sin divergencias en el pensamiento, la paz es mucho más que estar todos siempre de acuerdo.

Pero esa idea de paz, que construimos a partir de lo que sabemos que ‘no es’, se agota cuando se buscan las estrategias para pasar de un no concepto a una realidad. 

Puede que en principio nos cueste imaginarla, porque no hay vivo en este país alguien que la viviera a sus anchas, ni siquiera los que crecimos lejos de los núcleos del conflicto armado nos escapamos de las noticias, de los polos ideológicos, de los desplazados en la calle, de soltar el globo y la paloma en la escuela, de apostar por la constitución del 91, marchar con la camiseta blanca; todos con una esperanza inocente de que la paz se vuelva el final feliz de una película llamada Colombia, y que una vez se alcance, cantemos todos en ronda como en una imagen de la Atalaya.

Yo creo que es tan íntima como colectiva, se alcanza cuando todos los hijos de tus compañeros del colegio público acceden como el tuyo a la universidad, cuando no se muere la gente haciendo fila en una EPS, cuando una mujer camina tranquila de vuelta a su casa, cuando nos podemos contradecir sin poner en riesgo la vida, cuando el monte se respeta y el agua es patrimonio de todos, cuando la búsqueda de la felicidad es un derecho y no un privilegio.

No sé, yo creo que eso es la paz, es lo que me puedo imaginar a partir de lo que conozco.

Última actualización ( Sábado, 26 de Enero de 2019 06:04 )