Far from home

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Es difícil desglosar la situación actual de la población en las islas en materias de salud y educación para dar una explicación del por qué los habitantes pasamos constantemente “del timbo al tambo” y en un duradero bamboleo como un barco ebrio perdido en altamar.

Todo tiene su génesis y es allí donde al Raizal nativo de estas islas lo confunden, lo aturden, con la notable intención de cambiar su ser.

Cambiar su modo de hablar, de andar, de comer; de sentir… Señoras y señores es muy difícil. Aún, si se pudiera, cambiando el chip. Ni siquiera invadiendo el territorio con personas de culturas diferentes, se ha logrado la homogenización planeada, sino –más bien– la creación de nuevos individuos sin ton ni son.

Volviendo al campo de la salud, si el ambiente no nos propicia una mente y un cuerpo sano, ¿cómo vamos a tener un buen rendimiento escolar? Si hay niños que escasamente llegan a la escuela con un té de hierbas en el estómago, ¿qué pretendemos que aprendan? En el campo académico, solo doy un ejemplo: si en casa papá y mamá hablan ‘creole’ (nuestra lengua madre), ¿qué va a entender un alumno si en el colegio las materias son en castellano?

Entonces, nos obligan a entender las ciencias en un idioma que no manejamos y de paso mamá y papá tienen que hablarnos en el idioma ‘oficial’ del Estado para que podamos aprender algo en las escuelas.

Luego, cuando se termina el bachillerato y las opciones son: (en San Andrés) Cursar una formación técnica en el Sena o en el Infotep y si se tuvo la suerte de ser un buen estudiante, entonces presentar un examen de admisión en la (única) Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe.

Claro está, si se logra pasar en una de las 48 carreras que ofrecen con casi igual número de plazas, entonces asistirá a clases en la isla durante un año, porque la oferta académica a nivel de pregrado a través de la implementación del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica PEAMA, consiste en cursar “los dos primeros semestres asignaturas de nivelación y algunas de los componentes de fundamentación o disciplinar-profesional de su plan de estudios para luego desplazarse a la Sede Andina donde finalizan su carrera”. (http://caribe.unal.edu.co/formacion/pregrado-peama.html)

O sea que él o la joven isleña después de cursar el primer año en su ambiente natural donde nació y se crió, si quiere profesionalizar tiene la obligación de viajar a Bogotá, Manizales, Palmira o Medellín (sedes andinas). Y allí empieza otro ‘vía crucis’ o proceso de transformación obligatoria en el comer, vestir, convivir y mil adversidades más para el nativo de estas islas.

Económicamente una familia del pueblo raizal tiene que tener mucho dinero para mandar a los hijos a estudiar al continente o al exterior y más si no fueron beneficiarios de unas becas ofrecidas por el Estado después del fallo de La Haya en el 2012. Ni hablar de Providencia donde se termina el bachillerato y escasamente el Sena dicta algunos cursos.

Far from home en todos los sentidos. Se desintegran los hogares al tener que partir los jóvenes de escasos 16 y 17 años a vivir en un ambiente totalmente distinto al natal.

Far from home al tener que abandonar la isla en busca de servicios médicos por la crisis hospitalaria en que zozobran las islas.

Far fram home al tener que revertir y convertir nuestros pensamientos y forma de vida bajo este mismo cielo, bajo esta misma piel.