La Occre para Kant

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Podemos justificar su estancia pensando que en el momento no se encuentra un referente que pueda ocupar el lugar y darnos luces sobre lo que debe ser... y como ya sabemos Kant es experto en eso del deber.

Para los que no lo conocen, Emmanuel Kant, es un filosofo/teólogo prusiano nacido en el siglo XVIII, dueño de un sistema rígido y racional para aproximarse a la realidad, autor de varias críticas (al juicio, a la razón práctica, a la razón pura) que centra su obra en el estudio de la ética: aquello que es bueno y aquello que racionalmente no lo es.

Algo que pareciera tan simple, es ahora confuso en nuestras isla , donde se oculta al bandido, se felicita al corrupto y se elogia al ladrón. Un lugar que ya antes estaba cruzado por el realismo mágico y que ahora parece nadar en una realidad alterna, una dimensión paralela donde lo bueno es malo, lo malo es bueno, y lo perverso es mejor.

Y con las licencias que me permiten estas distorsiones témporo-espaciales, resucito a Emmanuel Kant y lo propongo para profesor de Ética del archipiélago en conjunto.

Para comenzar la clase, seguramente tendríamos que transitar por algunas de las formulas kantianas clásicas:

* Fórmula de la ley universal: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”.

* Fórmula de la ley de la naturaleza: “Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza.

* Fórmula del fin en sí mismo: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier      otro, siempre con el fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio”.

Fórmula de la autonomía: “Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador de un reino universal de fines"

Tengo claro que el examen seria luego un cuestionario del que no saldríamos bien librados, algo así quizás.

¿Si algo es bueno para ti, puedo pensar que es bueno para todos? ¿Le permitirías a otros los permisos que te avalas a diario?, como cuando llegas enguayabado a trabajar el lunes en la mañana, ¿estaría bien que lo hiciera tu doctor?, ¿o tu policía?

¿Eres capaz de convivir con un ciudadano que se porta como tú te portas? ¿Tiras la basura en la calle?, ¿despiertas a Pick-up a tus vecinos? ¿Impones tus opiniones políticas, religiosas, filosóficas con despotismo e insultos? ¿Crees que está bien tener piscinas en el centro, cuando en la loma no llega el agua? ¿Utilizas a las personas cuando las necesitas, y ellas se constituyen en un bien desechable, del que no te preocupas luego? (le hablo a usted político que hizo campaña, y a usted votante que vendió el voto)

¿Estás a favor del narcotraficante, pero te duele tener un familiar drogadicto?, ¿Apruebas lo ilegal siempre que te beneficie? ¿Soy crítico y entusiasta, pero solo en redes sociales? (bueno esa última pregunta es mía, no de Kant).

Todos patinamos en al menos alguna, todos somos causa de lo que pasa, y seguimos irritándonos cuando la sangre toca el suelo, pero no cuando hacemos la herida.