El Maestro y sus retos

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OSWALDO.SANCHEZConfucio dejó para la posteridad la siguiente reflexión: “si eliges un trabajo que te guste no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Siglos más tarde, el escritor Máximo Gorki aseveró:Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto la vida es una esclavitud”.

Si las personas que se dedican a la muy loable misión de Educar a los niños lo hacen porque así lo han querido y decidido, podrán entender las palabras de Confucio; pero aquellas cuyo ‘oficio’ es la enseñanza, cargan todos los días de su vida un pesado yugo y son unos esclavos, en el sentir del novelista ruso. Es que “ser profesor es mucho más que saber dictar una clase”, como afirma Rubén Darío Álvarez.

Dando por sentado que se conocen y reconocen las miles de talanqueras que nuestros gobernantes en su infinita torpeza atraviesan en el camino de la labor docente (de ahí el paro nacional convocado por Fecode para el 21 de febrero por el permanente incumplimiento del gobierno a su palabra empeñada), la misión del Maestro no debe olvidarse.

A dos años de concluir su gobierno, recordemos las palabras del señor gobernador en día de su posesión: “Para ello, contaremos con el apoyo fundamental de las educadoras y educadores de las islas, a quienes saludo, reconozco y agradezco, porque a partir de sus buenas enseñanzas el Archipiélago podrá avanzar con paso firme hacia el logro de la paz (…)”.

Señor gobernador, si quiere una Escuela donde se construya Progreso, Equidad y Paz hay que pasar, ineludiblemente, por la formación docente de calidad.

Formación de calidad para enfrentar los retos que la sociedad de hoy propone al docente y para lo cual es menester la conjugación de dos fuerzas como condición sine qua non: el apoyo incondicional del gobierno y la disposición y buena voluntad docente para el cambio.

El primerode los cambios alude a la transformación de los procesos de enseñanza, ya que el aula debe ser realmente laboratorio de aprendizaje, donde el estudiante no sea repetidor de información sino agente de cambio y constructor de pensamiento. Es necesario que el Maestro esté dispuesto a emplear todos los recursos que la ciencia y la tecnología tengan para lograr su propósito y que el gobierno los proporcione de manera oportuna y satisfactoria.


Así opinan Paula Andrea Bustamante Rivera y otras compañeras de la Universidad Católica Luis Amigó sobre la importancia del uso de estrategias de aprendizaje: “el docente debe implementar tácticas que conlleven al alumno a aprender a aprender, con un objetivo general, que nos muestre los diferentes impactos de la utilización de estrategias de enseñanza y de aprendizaje en el aula de clase, y que propicien en los individuos habilidades como aprender a pensar, aprender a aprender y aprender a hacer dentro de y fuera de un contexto”.


A la par, el Maestro ha de cambiar sus modos de evaluar, y no convertirlos en elementos de venganza y sanción, sino que debe medir lo que el estudiante es capaz de hacer con los conocimientos y su puesta en práctica para solucionar problemas de su vida y de su comunidad.


Otro elemento a superar es lo referente a los tiempos; en efecto, y como dice Jorge Iván Ríos Rivera, docente de la Escuela de Educación y pedagogía de la UPB, el docente debe “interesarse y conectar su vida con su labor y sus enseñanzas con el contexto donde se encuentra su estudiante”. En otras palabras, el Maestro a disposición de su estudiante y no al contrario. Obviamente, para ello se requieren aulas bien dotadas y ambientes escolares amigables, y eso implica inversión y buenas gestiones administrativas.


El Maestro, y la Escuela como institución, deben garantizarle al niño la autogestión de su proyecto de vida generándole confianza y motivación. Para ello el Maestro debe ser modelo a imitar y facilitador de procesos. De ahí que se necesita que esté convencido de la dignidad de su profesión y orgulloso de su labor. Pero corresponde al gobierno propiciarle los elementos que así lo proyecten.


Un último reto, pero no el último, es el trabajo del Maestro con la familia, pues mucho del éxito o del fracaso del docente, se debe a la incidencia de la familia en el desempeño del estudiante. Es mala estrategia desatender esta realidad; y peor, achacar todas las falencias del estudiante a la familia. Esto es facilismo rampante y no conduce a nada. Buena falta hace el trabajo de un Psicorientador y la existencia de excelentes Escuelas de Padres.


Los retos están ahí para enfrentarlos y superarlos, no para negarlos o eludirlos. Así nunca tendremos una Educación de Calidad ni Maestros de Calidad.