Función social de la educación

Imprimir

OSWALDO.SANCHEZTanto la Constitución Política como la Ley 115 aseguran que “La educación es (…) un servicio público que tiene una función social (…)”, y que debe ser “acorde con las necesidades e intereses de las personas, de la familia y de la sociedad”.

Esta 'función social' de la educación (FS) solo se vino a reconocer a fines de la Edad Moderna, con pensadores como Pestalozzi, Durkhein y Dewey, ya que “la educación no moldea al hombre en abstracto sino en concreto, para una determinada sociedad”, como afirma Karl Maunheim.

Para el profesor español Víctor Manuel Maeztu Esparza, la FS de la Educación se encuentra realizada alAsegurar la continuidad social, Promover el cambio social, Adaptar a los individuos al grupo, Ejercer control social, Servir a los fines políticos, Realizar selección social, Disminuir diferencias sociales, y Promover el desarrollo material de la sociedad, entre otras.

Por lo extenso del tema solo nos referiremos a cómo está cumpliendo nuestro sistema educativo eso de la 'continuidad social', reconociendo anticipadamente que la Escuela, aunque juega un papel fundamental, se enfrenta a circunstancias externas que muchas veces minimizan, obstruyen o anulan su acción educadora. Ello, sin perjuicio de reconocer las responsabilidades que le quepan por acción o por omisión.

En primera instancia digamos que la sociedad, al igual que los seres vivos, busca reproducirse y perpetuarse, lo que consigue transmitiendo todos sus saberes a las nuevas generaciones con el principal instrumento que tiene a su alcance: la Escuela, a la que le encomienda la “formación de ciudadanos que encajen con los moldes socialmente preestablecidos”, buscando el mantenimiento de sus tradiciones, usos y costumbres. Esta FS de la 'continuidad social', convierte a la Escuela en una institución plenamente conservadora y reticente frente a la innovación.

Este concepto pretende “adaptar a un individuo a las normas de comportamiento social”, lo que solo aplica alos seres humanos, ya que con los animales esta adaptación se logra mediante el adiestramiento. La diferencia es que en las personas se busca encaminar sus conductas, conocimientos y actitudes hacia fines socialmente valiosos, y en los animales se trata de que adquieran determinadas conductas orientadas hacia ciertos fines, como que sea guardián, que sea afectuoso, que sea obediente, sin tomar en cuenta que lo haga con conciencia de que eso le será beneficioso para sí mismo.

Bien se sabe que por naturaleza el ser humano está organizado para vivir en sociedad y para lo cual es apto. Por eso existen, por ejemplo, el lenguaje, la diferencia sexual y su atracción recíproca, etc. No se debe olvidar que necesitamos de los demás para tener existencia, para sobrevivir, para educarnos y progresar y para trascender.

Esta característica social la compartimos con todos los primates, aunque en el ser humano es muy complejo ya que a las naturales les agregamos elementos culturales de raza, nacionalidad, religión, política, moda y, quién creyera: ¡deportiva! Además, construimos nuestra personalidad conforme a la personalidad grupal, e incrementamos la autoestima creando la ilusión del alto estatus del grupo con relación a los otros.

Aquí cabe, entonces, preguntarnos cómo cumple nuestra Escuela la función social en el Departamento. No es posible esperar encontrar una sociedad isleña con valores y características propias que la identifiquen, que se mantengan y se perpetúen en el tiempo si a la Escuela no le entregan las herramientas apropiadas, oportunas, necesarias y suficientes para cumplir esta Función Social.

Tampoco, si la Escuela renuncia consciente o inconscientemente a hacer su trabajo. Por ejemplo, la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, reglamentada por el Decreto 1122 de 1998, y de obligatorio cumplimiento 'en todos los establecimientos de educación formal del país' y en todos sus niveles, es oportunidad que debería ser aprovechada para que la Escuela promueva y fortalezca esa continuidad social en el pueblo raizal, de modo que su cultura, valores y filosofía de vida no se desvanezcan en el trascurrir de las generaciones.

Y uno se pregunta, ¿qué se ha hecho durante estos 19 años de vigencia de la norma para formar a los niños de nuestras islas en esa cultura ancestral? Creo que pierde legitimidad un reclamo cuando la comunidad no se apersona de sus responsabilidades. Ni qué decir de las autoridades competentes a quienes la norma les asigna la responsabilidad de ejercer 'la debida inspección y vigilancia'. ¿Hasta cuándo habrá que esperar?

¿Será que 'esperar' es sinónimo de 'soñar'?

POSDATA. La salud es un caos. FECODE convoca a jornada nacional de protesta para el 24 de agosto por “el calamitoso servicio de salud” y clamando “transparencia en la elección del operador de salud para los próximos cuatro años”. Así es como el gobierno quiere avanzar en búsqueda de una “paz estable y duradera”. ¡Vea, pues!