Víctimas de los márgenes

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CRISTINA.BENDEKPaseando por las páginas de Historia y de antropología de las islas, se encuentra tempranamente aquello “al margen de la ley”, y que se han alimentado desde siempre de dos situaciones: la poca presencia del Estado, y la mala presencia del Estado.

Sin instituciones es muy fácil estar al margen, y peor sin los márgenes adecuados. Alrededor de la presencia institucional giró una tertulia con la experta internacionalista invitada, la columnista de El Tiempo Socorro Ramírez.

No solamente el Archipiélago está aislado en la incomprensión, son tantas las fronteras más precariamente comunicadas que esta, que a veces pareciera que es Bogotá la que está aislada en un salón de los espejos. Para poner un ejemplo de acá, veamos la Historia. En el siglo XIX Colombia aprovechó la ya próspera bonanza del coco. Se establecieron altos impuestos que motivaron tempranamente un contrabando que se volvió estructural, que por supuesto no es exclusivo de esta zona del Caribe,y que hasta hoy no cesa.

Basta con leer las memorias de viajeros y marineros que recorrían en los tiemposde la navegación de cabotaje en goletas comerciales los puertos de Colón, Bocas del Toro, San Andrés, Bluefields, Limón, Portete, para saber de las muchas mercancías tranzadas 'al margen', sobre todo en la ínsula para recuperar el estatus perdido con la fidelidad a la nación.

A finales del siglo XIX había algo atípico aquí: emancipados terratenientes, que construyeron negocios exportadores en cuestión de décadas. El profesor y geógrafo Gerhard Sandner lo explica mejor en un libro que recoge los paradigmas de la historia del Caribe desde 1503 hasta los años 70’s. Era un paraíso. Por eso la alta inmigración de jamaicanos hacia finales de siglo, y de caribeños que en general buscaban condiciones favorables para vivir en paz en medio de las presiones crecientes del capitalismo.

San Andrés era un lugar de pocos prejuicios, del que el dinero se fue rápidamente a las arcas de la Intendencia de Bolívar, siendo luego ésta la principal razón para pedir la separación de Cartagena, y formar la Intendencia de San Andrés y Providencia. De todas formas, después de los impuestos desmedidos, la economía no volvió a ser igual. Las plagas también contribuyeron. La plantación decayó, y justo esta semana nos estamos quejando de que un coco que antes era casi un bien público, ahora vale más de cinco mil pesos, si es que se encuentra. La gente dice que no hay para hacer el arroz, ni el rondón, y que el ‘coco- loco’ turistero se ha convertido en el coco del coco.

Finalmente, el narcotráfico, el motor económico de la disidencia, reemplazó en cierta medida un contrabando que quedó para los dueños de los comercios. Hoy todavía operan aquí algunas rutas, y nuevas modalidades para burlar operativos policiales surgen todos los días. "Los policías también tienen hambre", dicen los traquetos de calle, algunos pelaos 'bien', responsables, que crían hijos y tienen mujeres, que buscan abastecer sus bolsillos mientras se puede.

Escogimos en varios momentos de la Historia pertenecer a Colombia, hoy todavía un Estado adolescente. Como diría el historiador David Bushnell, Colombia es una nación a pesar de sí misma. ¿Desde Colombia escogimos alguna vez a San Andrés y Providencia? ¿Cómo están las instituciones por estos lados del Caribe? No hay nada más clave que esto, en un momento en el que se afrontan los retos de una paz porosa, con espacios para el oportunismo del narcotráfico, y los retos futuros de un accidentado diálogo con Nicaragua. Peaceout.

Adenda: está hoy en el Coral Palace el vicepresidente justamente en esto, buscando fortalecer la seguridad ciudadana en esfuerzos de construcción de paz. ¿Diría Óscar Iván Naranjo que somos víctimas del conflicto?