Tragicomedia territorial colombo - nicaragüense

Imprimir

CRISTINA.BENDEKSonó hace poco nuevamente la Doctrina Gaviria, del Archipiélago de Estado, desde las letras de su autor. Hace un par de semanas, nuevamente el doctor Enrique Gaviria Liévano tocó el tema del litigio por aguas del Archipiélago.

La síntesis de su concepto sobre la defensa colombiana en La Haya es la frase shakesperiana que corresponde a la opinión de Alfonso López Michelsen sobre el tema: “es una comedia de equivocaciones”.

En una columna Gaviria Liévano habla sobre “Cambiar de estrategia y conservar el territorio que nos queda”, tal como lo indica de entrada el título. La expectativa para lo que queda de este año es comprobar que Colombia –por fin– aprendió de sus errores, y que la Cancillería concentró esfuerzos no solo en el posconflicto, sino también en otras cosas importantes, como por ejemplo la defensa del territorio nacional.

Tan irónico como creer que lo internacional no influye en lo local, es reconocer que Colombia fue la gestora del Pacto de Bogotá, el acuerdo que representó la unión de los Estados americanos en torno de la solución pacífica de controversias. Se firmó ahí, en la carrera 11 con calle 65, en el Gimnasio Moderno, y en el marco de esa IX Conferencia Panamericana se conformó la Organización de Estados Americanos, la OEA.

Simultáneamente, en la misma época de 1948 mataron a Jorge Eliécer Gaitán, enfrente del edificio El Tiempo, pleno centro, Av. Séptima con Jiménez, en la esquina donde hoy hay un McDonald’s. El Pacto, entre otras cosas, reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia de La Haya para solucionar controversias de forma pacífica. El ‘Bogotazo’, que dio inicio a la larga dictadura bipartidista del Frente Nacional, seguro fue la primera señal de que habría muchas contradicciones en la historia del gobierno con sede en Bogotá y el Pacto.

Algunas décadas después, Colombia perdió en 2012 una enorme porción de mar, y decidió retirarse de su propio Pacto. La tesis de Gaviria Liévano, desde mucho antes, fue optar por un mecanismo conocido para trazar los límites internacionales, y desde que dejó de hacer parte del equipo de la Cancillería ha defendido lo que hoy se conoce como la “Doctrina Gaviria”, que favorece la figura del Archipiélago de Estado.

La propuesta del equipo de expertos era, según dice el autor en la columna, unir con una línea recta todas las islas del Archipiélago, y desde ese conjunto trazar los límites internacionales. Lo que hizo Colombia fue proponer un invento nuevo que no funcionó y que consistía en trazar límites isla por isla. Y a continuación Gaviria Liévano cuestiona algo clave, el equipo de la defensa colombiana es caro, desconocido, y ha sido poco efectivo.

Un episodio importante de la tragicomedia fue cuando el Nobel dijo que no comparecería en la Corte, y luego alguien leyó el reglamento de la CIJ y recordamos que había que comparecer para no perder. Colombia va a presentar el 28 de septiembre de este año la contramemoria por el caso de la nueva demanda territorial, en la que Nicaragua pretende obtener una plataforma marítima extendida. Enrique Gaviria escribió en EL ISLEÑO y luego en la revista Semana, básicamente para preguntarse si estamos preparados para hacerlo.

El componente humano existe ahora, el lamento del vicepresidente de la CIJ se escuchó, y también el eco de un pueblo que se sacudió con una decisión lejana e inesperada. En su momento la CIJ lamentó que Colombia no hubiera presentado en su defensa la existencia de un pueblo étnico en la zona. Lo raizal, esperamos, hace parte ahora de la agenda de la Cancillería, y también el tema de la integridad de la Reserva de Biosfera.

Aparte de la indignación porque el Estado ignore el papel de lo local en lo internacional, y por que los isleños y raizales no estuvieran representados en La Haya, hay un aspecto de la tragicomedia territorial colombo-nicaragüense que molesta demasiado. Se trata de que, ya que es cara y misteriosa, por lo menos la defensa refleje que Bogotá entiende algo que no es trivial para los caribeños, y que está implícito en la ‘Doctrina Gaviria’: el mar no es lo que separa. El mar es lo que une.  Peaceout.

Última actualización ( Sábado, 01 de Abril de 2017 06:49 )