ONU advierte sobre la exploración de petróleo

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La Organización de las Naciones Unidas sentó su voz de alerta ante las intenciones del Gobierno Nacional de explorar y explotar hidrocarburos en la Reserva de Biosfera Seaflower. En carta dirigida a la Canciller de Colombia, María Ángela Holguín, manifiestan que “El derrame del Golfo de México nos debe servir a todos de experiencia de lo que pudiese ocurrir si el petróleo se disemina en una región oceánica tan abierta y sujeta a rápidas corrientes”.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) le transmitió la preocupación a la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, al considerar que la Reserva de la Biosfera y Área Marina Protegida Seaflower han servido de modelo del sistema de conservación y co-manejo no solo para la Región Caribe sino para el mundo entero, lo cual es motivo de orgullo para todos y en particular a los colombianos.

El Coordinador del Programa Ambiental del Caribe (PAC), Nelson Andrade Colmenares, ve con preocupación la exploración de hidrocarburos en el área de Seaflower como un inminente riesgo, no solo para los ecosistemas del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sino para la región en su conjunto, en particular las áreas que se encuentran corriente debajo de la corriente del Caribe.

“El derrame del Golfo de México nos debe servir a todos de experiencia de lo que pudiese ocurrir si el petróleo se disemina en una región oceánica tan abierta y sujeta a rápidas corrientes”, expresó Andrade Colmenares a la ministra Holguín.

Advierte el programa ambiental de la ONU, que si se decide avanzar en el proyecto y ocurre un desastre, es de esperar que los efectos sean mayores debido al sistema de flujo de corrientes imperante, al generarse una mayor pluma de dispersión que haga llegar el derrame a áreas muy cercanas como Jamaica, Centroamérica, Cuba y más lejanas como México y los Estados Unidos de Norte América.

Cabe destacar La participación de la Reserva de Biosfera Seaflower activamente en la implementación del protocolo sobre las Áreas y Especies especialmente protegidas (SPAW) del cual el Gobierno de Colombia es parte tratante desde 1998 y de su acuerdo marco, el Convenio de Cartagena, del cual es también Depositario y parte desde 1986.