SOS por ‘Bob Marley’ el mono Capuchino en cautiverio

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MICO.BOB

Un pedido de ayuda que le permita dar una mejor calidad de vida al mono apodado ‘Bob Marley’, que su nieto trajo de Centroamérica, lanzó la señora Nubia De Ávila en respuesta a la denuncia que se gestó en las redes sociales que piden sea llevado a un refugio de vida silvestre fuera de la isla.

Hasta el barrio El Cliff parte norte, fuimos a constatar la condición de ‘Bob Marley’ con la animalista Carolina Sosa, quien contactó a la redacción de EL ISLEÑO para tratar de llamar la atención de entidades o grupos proteccionistas a nivel nacional e internacional, que orienten este y otros casos que hay en el archipiélago, donde especies exógenas son introducidos como mascotas, sin medir las consecuencias futuras.

“Buscamos llamar la atención de las organizaciones que se ocupan del rescate de animales silvestres en nuestro país para que nos dirijan sobre qué hacer y articular todos los esfuerzos para que no tengamos más casos que lamentar como el cocodrilo que por no saber qué hacer, terminamos matándolo”, dijo Carolina Sosa.

Según De Ávila, su férrea cuidadora, funcionarios de la corporación Coralina la han visitado dos veces, pero no han mostrado ninguna intención de solucionar el impase –así como la Policía Ambiental–, entidades ante quienes ella ha expresado su deseo y el de parte de la comunidad, de conservarlo pero brindándole mejores condiciones.

La autoridad ambiental

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Esta redacción intentó contactar a Durcey Stephens Lever, director de Coralina, sin obtener respuesta hasta el momento, toda vez que según la Policía Ambiental le correspondería a dicha entidad elevar la denuncia para que ellos puedan aplicar el nuevo código sobre la tenencia de animales silvestres que acarrea multas de 393 mil 440 pesos. O que en su defecto, se exponga una solución.

En el archipiélago no hay control ni protección en cuanto a la introducción de fauna silvestre, menos se realizan esfuerzos institucionales para condicionar la tenencia, a sabiendas que hay pequeñas poblaciones de monos en las islas.

En Providencia también se registran bajo la misma condición, monos provenientes desde Nicaragua, Honduras o Costa Rica, en apariencia salvados de la deforestación de las regiones donde solían habitar antes de ser víctimas del desplazamiento de sus hábitats.

Sin embargo, en lo local nadie está advirtiendo sobre el riesgo de la tenencia de animales silvestres como mascotas y las sanciones que esta práctica acarrea legalmente.

Joyita de mono

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‘Bob Marley’, como apodaron a este ejemplar del tipo 'capuchino' llamado así por la coloración similar a la capucha de los monjes capuchinos tiene alrededor de tres años y es todo un atractivo en el barrio para grandes y chicos que todos los días interactúan con él aunque se la pasa gran parte del tiempo en su casa.

Vecinas del sector como Verónica Otálvaro, le lleva casi todo los días frutas pero en general 'el Bob' come de todo, hasta toma agua, gaseosas, jugos y nunca se le ha hecho atención primaria por parte de ningún veterinario.

Está amarrado por un arnés a una cuerda larga que le da facilidad para subirse a tres arbolitos que son lo más cercano que tiene al bosque del que lo obligaron a salir y duerme en una silla pero con sábanas suaves sobre maderos cruzados, “si nó, no duerme”, señaló De Ávila.

Es juguetón, afectuoso, inteligente, a ratos malgeniado, malicioso y desvergonzado. Todo eso reconocen de él, los que a diario lo lidian, aunque no tuvieron el tiempo oportuno para hacer la reflexión sobre el maltrato animal que supone el cautiverio de una especie como ‘Bob’, porque lo quieren mucho y harían lo que fuera por él.

¿Y usted qué haría?

Última actualización ( Martes, 04 de Julio de 2017 08:28 )