A propósito de la conmemoración de esta importante fecha a nivel internacional, reeditamos este artículo publicado hace poco (07/12/2016) en EL ISLEÑO y donde se destaca la relevancia de estos importantes y subvalorados ecosistemas; además de importantes revelaciones respecto a la cantidad de estos reservorios de agua que aún prevalecen en San Andrés y la urgencia de su protección.

A recuperar humedales con Alma y Vida

Un gran inventario de humedales de agua dulce en la isla y una ‘Propuesta Preliminar de Zonificación para su Gestión y Manejo” fue presentado por la fundación ALMA, que realizó un diagnóstico del estado actual de estos complejos hidrográficos. Cuando hay (así sea una) posibilidad de revertir o de prevenir un hecho, no puede haber justificación para quedarse de brazos cruzado.

De igual forma, presentaron a la corporación Coralina, los lineamientos pertinentes para recuperar estos sistemas ecológicos y los insumos para la construcción de un POT amigable con los mismos, recalcando que en el caso de San Andrés, su protección debería ser mucho más frontal “dado el déficit hídrico de la isla, en donde la gestión del agua debería ser una prioridad”, advirtió Natasha Garzón Yepes, representante de la fundación.

Los humedales son ecosistemas que emergen sobre áreas en donde la capa freática (que acumula las aguas) se halla en la superficie terrestre, muy cerca de ella o donde la tierra está cubierta por aguas poco profundas.

Estos ecosistemas actúan en diferentes frentes: como puntos de recarga, absorbiendo agua por la raíces (acuífero), o de descarga, liberándola por las hojas (manantial o gully); en cualquier caso, son vitales en el bienestar del planeta, almacenando agua en época de lluvias y amortiguando las crecientes, tempestades y tormentas marinas.

Colombia ha sido designada como ‘Sitio prioritario de conservación de humedales’ de acuerdo al Convenio Internacional Ramsar - ente internacional de regulación de humedales - y San Andrés, cobijada por la Política Nacional de Humedales y en calidad de Reserva de Biosfera, debería propender por su protección de manera decidida.

La función de carga y descarga de los humedales y la estructura geológica, geomorfológica y edáfica de San Andrés, permite plantear como hipótesis que todo el territorio de la isla era un ‘humedal continuo’, el cual presentaba una conectividad superficial a través de los gullys y demás afluentes, durante los periodos de fuertes precipitaciones; y una conectividad subterránea, a través del sistema de cuevas, pozos y manantiales que alimentan los sistemas hídricos.

Hallazgos de la investigación.

La isla cuenta con 30 complejos de humedales (sistemas fluviales que se conectan entre sí), los cuales conforman 70 ecosistemas de humedal (y no 13 como inicialmente presupuestó ALMA), los cuales se sectorizaron en cinco cuencas, así:

De los 70 humedales identificados, 35 (el 50%) son de ambientes interiores (Ej: Cocoplum), 30 (44%) son marinos (Ej: Cave Drave) y cuatro (6%) son artificiales (Ej: Lion’sPond).

Todos los humedales están transformados y no de manera reciente.Los que presentan mayor grado de deterioro son los del Norte: Aeropuerto, Estadio, Natania I y II; por eso no debería sorprender que estos sectores se inunden en época de precipitaciones fuertes; el agua siempre busca por donde salir, el producto de las lluvias tiende a empozarse y dadas las condiciones de altitud de SAI (a igual nivel del mar) empeoran la situación, sumado a un sistema de alcantarillado precario.

Los daños graves

Universidad Nacional, Zotas, DuppyGully, New Guinee y Magic Garden también presentan un grado crítico de daño. A propósito de este último, la mayoría de los asistentes a la ponencia de ese entonces, se mostraron tristes al conocer (o al recordar) que el actual relleno sanitario de San Andrés reposa sobre lo que alguna vez fue un exuberante humedal de 4,54 hectáreas; este en particular hoy “manifiesta un deterioro severo” y la zona se convierte en un agente doblemente contaminante por la acumulación de metano y porque los lixiviados que provienen de las basuras van a parar irremediablemente a las fuentes de agua.

Como se puede inferir a partir de las cifras, la isla era rica en humedales, pudiendo hablar inclusive no de un territorio sino de un ‘acuatorio’, pero la ceguera ecológica y el afán de solucionar a como diera lugar el problema de vivienda en la isla, convirtió el hogar de aves y tortugas en planchas de cemento y moles de concreto.

Urge en este momento, en que nuevamente se presentan casos de inundaciones en diferentes puntos de la isla, aplicar estas evaluaciones que proporciona la Academia a fin de implementar medidas de raíz como por ejemplo las que se han ventilado recientemente tendientes a la compra de estos territorios, en su gran mayoría de construcción invasiva y sin planificación.

El ordenamiento ambiental de un ‘acuatorio’ tan frágil como el nuestro, debe comprender y tener en consideración a la naturaleza y a los ecosistemas acuáticos, de manera que sea el recurso hídrico el que se constituya en eje articulador de la planificación del mismo.

Es necesario trabajar por una coordinación interinstitucional permanente, que armonice políticas y competencias en torno a los humedales, así como de una gestión compartida del conocimiento, de las competencias y con la participación de todos los actores involucrados: gobierno, sociedad y sector productivo. No se puede seguir trabajando como islas, así se viva en una, como bien lo mencionó recientemente un directivo gremial de San Andrés.

La investigadora de la Fundación ALMA, cerró resaltando que, aunque el panorama de los humedales de la isla es bastante desalentador, por cuanto la salud de la totalidad de los humedales es muy crítica, lo importante es tener una actitud proactiva frente a la situación y aprovechar este tipo de diagnósticos para plantear acciones contundentes tanto de educación y vigilancia, para revertirlo y que el daño no sea aún más severo.

Centinelas del medio ambiente

Lepard Stephenson es un reconocido líder cívico, educador ambiental y buen conocedor de la temática en las islas. Él hace parte de un grupo de isleños que se autodenominan ‘líderes pro defensa del medio ambiente’ y hace unos meses vienen trabajando con base en los insumos producidos por la ‘Fundación Alma’, para hacer que el gobierno local reglamente la zonificación y delimitación de los humedales, en consonancia con los resultados obtenidos por esta entidad.

Stephenson trabajó como guía de los funcionarios de ‘Alma’, cuando en 2015 empezaron el levantamiento de los datos para el inventario de humedales que hoy conocemos, labor que también se realizó en Providencia.

Desde el mes de junio de 2016, cuando esta fundación socializó los resultados, el grupo de ambientalistas han estado esperando que Coralina actúe según la información recabada en el estudio y de acuerdo a su responsabilidad misional, pero nada ha pasado.

Es más, ya se oye de la construcción de un ‘Ecohotel’ en el sector de Harmony Hall Hall que atentaría severamente contra el complejo de humedales que allí se encuentra. “Aún no entendemos como se ha permitido la destrucción de tantos sistemas de humedales, con construcciones amparadas con papelería en regla, bajo la mirada del Gobierno y de Coralina, cuando estas entidades deben velar por la protección ambiental y son quienes pagan estudios como el realizado por Alma”, cuenta Stephenson.

Este grupo de defensores, hace tres meses se reunieron con el gobernador Ronald HousniJaller y le presentaron una carta de entendimiento con algunas recomendaciones que buscan hacer que el gobierno prohíba tajantemente cualquier tipo de alteración en estos tesoros ecosistémicos. La propuesta fue de buen recibo por parte del mandatario y se dará a conocer próximamente, reveló el líder Stephenson.

Los ciudadanos que lideran esta iniciativa junto a Lepard, son: el pastor Enrique Pussy, Bill Francis, KalebArchbold, Jenny Forbes, Job Saas, Clark Martínez, Penn Dale Humphries; así como Pablo, Roland y Víctor Pomare.