El cuarto domingo de Cuaresma tiene el tono de la alegría. Desde la antífona inicial, las lecturas y las oraciones pedimos: Señor, “Haz que el pueblo cristiano se apresure, con fe gozosa y entrega diligente, a celebrar las próximas fiestas pascuales.” Hablar de alegría en Cuaresma, pareciera un tema añadido, casi que un remiendo forzado. La cuaresma es un camino marcado por el tono penitencial; pero recordemos que la cuaresma es el camino, y la meta es la alegría gozosa de la Resurrección.