Creo en el sonido de las voces —a veces creo en su silencio también. Cuando un pueblo sospecha que los viejos e innobles trucos otra vez parecen irrumpirse bruscamente como la no deseada maleza;cuando un pueblo sospecha que las añejas e indignas historias se repetirán, su mecanismo de defensa, con razón, se eleva; la ansiedad, asimismo, se dispara y las hormonas se alborotan.