
El horror que hace un lustro azotó a las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina –pero especialmente a estas dos últimas–, debe generar inaplazables reflexiones y oportunas acciones, además, claro está, de una profunda toma de conciencia para que las temporadas de huracanes nos encuentren mejor preparados desde todo punto de vista.
Opinión







Después de más de medio siglo de pervivencia en este territorio insular del país y con mucho agrado observo que la dispersión de personas a otras partes del mundo ha extendido lazos para influenciar en la cultura, arte, música, idioma y demografía por doquier.
Celebramos hoy la jornada mundial del pobre, y el Papa León dice: “El pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación… 











