Una versión madura de la vida, aquella que buscamos todos con el nombre de ‘felicidad’, implica fundamentalmente un equilibrio en sus componentes esenciales: placer y dolor. Porque esperar que ella, la vida, se dé de una manera diferente, unilateral, es una quimera. En nuestro comienzo háyanse también las semillas de nuestro fin. Es cuestión de estructura. He aquí también el secreto de la política. 

Al igual que en muchos de los aconteceres de la humanidad, autoridades en el tema concuerdan en que en la escuela se halla el camino indicado para suscitar y fomentar comportamientos responsables frente al manejo sostenible del ambiente. El gobierno nacional no se ha quedado atrás y desde fines del siglo pasado la Política Nacional Ambiental ha incorporado un componente educativo a través de los Proyectos Ambientales Escolares, los PRAE.

Como todas las esdrújulas cuando estas palabras se sueltan sin aviso, suenan a grosería. Como todas las palabras que hablan de conceptos de la psiquis, suenan en el oído del neófito a ‘mala palabra’. Pero se usan. Y existen por algo.

A raíz del escándalo que estalló en la FIFA hace pocas semanas por cuenta de la corrupción de sus dirigentes más connotados, a un analista radial colombiano, cuyo nombre se me escapa ahora, se le dio por plantear la idea de legalizar de las coimas arguyendo que son difíciles de someter ya que poseen una capacidad tremenda de sustraerse a las prohibiciones y vigilancias que la sociedad le ha establecido.

No existe ninguna norma que impida que en las próximas elecciones los votantes depositen una “séptima papeleta” expresando su opinión sobre algún aspecto del proceso de paz o apoyando alguna medida en particular referente a este proceso. Antonio Navarro ha propuesto que la gente vote a favor de ponerle un término al proceso, expresando la insatisfacción general con la lentitud de la negociación.

El intercambio y la asimilación cultural enriquecen pueblos y culturas, aunque de igual manera son males inevitables y pueden ocasionar fuertes cambios o eliminar rasgos culturales. Hoy día entran en juego aún con mayor fuerza debido al cada vez más fluido intercambio entre pueblos, facilitado por el transporte aéreo y el internet. Son tan fuertes y normales que sociólogos y antropólogos se centran más bien en buscar formas de preservar particularidades étnicas.