Para desgracia de la comunidad del Archipiélago de San Andrés, Old Providence y Santa Catalina, la sobrepoblación en las islas no solo es en cantidad sino en calidad. Abunda el egoísmo, la pérdida de valores y la inconsciencia moral y ambiental.
SobrepoblaciónPara desgracia de la comunidad del Archipiélago de San Andrés, Old Providence y Santa Catalina, la sobrepoblación en las islas no solo es en cantidad sino en calidad. Abunda el egoísmo, la pérdida de valores y la inconsciencia moral y ambiental. La madurez como caminoEl señor Estado. Así se concibe según anécdotas, a las ficciones institucionales desde varios grupos indígenas en el interior. Los recovecos de la burocracia ya son un terreno agreste y desconocido para la ciudadanía en general, y son especialmente mortales para las minorías. Se le pide coherencia al señor Estado, entre lo que aduce en escenarios internacionales, y lo que aplica en sus contextos domésticos, en el pueblo, en lo local. El amor en los tiempos de la OccreEn las islas está creciendo una nueva manada de parias, raizales indolentes que no se alinean y desafiantes se enamoran de pañas, amando amores extraños, arman familias que dejan a la ley en ascuas y que obligan a repensar lo ya pensado: ¿Acaso será ilegislable el amor? Cierre “indefinido”Todos conocían, menos Santiago, que ese sería su último día. “Victoria y Divina sabían perfectamente que iban a asesinar a Santiago pero ellas se callaron porque querían que lo mataran”. Algo así está pasado con nuestras ínsulas: todos sabemos que las están matando, pero no hacemos nada EN SERIO para evitarlo. Tal vez también queremos que mueran. Eso es “crónica de una muerte anunciada”. ¿Y el Observatorio del Delito?Nuestra isla ha entrado en una fase de crisis social y de seguridad desde hace un largo tiempo, que ha derivado en desmanes cada fin de semana, casi sin excepción. Cualquier verbena en la que haya una concentración de personas, genera un ambiente de incertidumbre que en muchos casos se transforma en hostil, conllevando a la sensación de inseguridad, propia de estos tiempos y tan extraña en épocas pasadas. (Publicado el 22/10/2016) Manejar San Andrés no es para primíparosYa se siente cierto alivio en cuanto a seguridad. La estrategia de más uso de información, de inteligencia, cero tolerancias y mano dura frente a actos delictivos, más la experiencia que trae encima el nuevo comandante de la Policía y un mayor énfasis y atención del Gobernador, están cambiando el panorama (y la percepción) de anarquía y desesperación que estaba carcomiendo a San Andrés. Pero como todo en las islas, debemos dejar espacio para el escepticismo. |
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