La Corporación Ambiental Coralina, en el marco del convenio de cooperación suscrito con la Universidad de los Andes, inició una serie de capacitaciones a investigadores pilotos, sobre ‘Ecosistemas profundos’ con énfasis en futuros proyectos de rehabilitación en la Reserva de Biosfera Seaflower. Durante el proceso se realizaron importantes descubrimientos (foto archivo).
El objeto de la investigación es inicialmente apoyar acciones en procura del conocimiento y conservación de ecosistemas marinos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Ambas instituciones aúnan esfuerzos técnicos, administrativos, financieros y logísticos para el desarrollo de la ‘Investigación científica en ecosistemas profundos’ en pro de su conocimiento y conservación y la implementación de guarderías de corales.
Por primera vez en Seaflower
Los resultados preliminares han sido emocionantes ya que entre el 3 y 18 de enero de 2015 se realizaron las primeras exploraciones sistemáticas en las paredes arrecifales de San Andrés.
La tecnología, utilizada por el grupo de investigación ‘Biommar’, de la Universidad de los Andes desde 2012, permitió buceos seguros muy prolongados hasta profundidades de 200 metros gracias a que reciclan el aire, sin liberar burbujas como lo hace el equipo tradicional Scuba.
Esta es la primera vez que investigadores marinos utilizan esta tecnología para investigar los arrecifes ‘mesofóticos’, de la reserva de la Biosfera Seaflower, los cuales se caracterizan por tener una disminución abrupta en la penetración de la luz solar, localizándose por lo tanto en la zona conocida como crepúsculo.
Este convenio permitió generar capacidad instalada en San Andrés, con el entrenamiento de personal de Coralina, hasta el nivel de ‘CCR Normoxic Trimix’, incluyendo prácticas rigurosas en buceo técnico de ‘Recirculador’ CCR (Closed Circuit Rebreather), para dos equipos Optima-Dive Rite y Megalodon – Predator -Inner Space Systems.
Los descubrimientos
De la mano de todas estas herramientas se realizaron investigaciones entre 60 y 95 metros en las paredes coralinas, encontrando de manera preliminar al menos siete nuevos registros de corales de profundidad para el archipiélago.
Se sospecha que camarones comensales de estos corales son nuevas especies para la ciencia de los que se espera tener una identificación definitiva en marzo de este año.
Muchas de las especies se fotografiaron vivas por primera vez desde su descubrimiento, dado que de varias de estas solo se tienen especímenes de museo colectados por redes de arrastre en otros lugares del mundo y se confirma por primera vez que en la Reserva de Biosfera Seaflower existen los ecosistemas de corales de profundidad.
Estos hallazgos no se hubieran podido lograr sin el apoyo logístico y técnico del Centro de Buceo Blue Life, especializado en buceo técnico en el archipiélago, de la asesoría internacional del experimentado Gregg Stanton de Wakulla Dive Center de Florida y de la cortesía del Hospital Departamental.
Tenemos potencial
Esta primera expedición de los arrecifes ‘mesofóticos’, demostró una serie de potencialidades con que cuenta el archipiélago como el soporte logístico y técnico para el buceo de profundidad.
Otro aspecto es que buzos locales podrán muy pronto unirse para llegar a estas profundidades gracias al entrenamiento realizado.
La biodiversidad marina de la Reserva de Biosfera Seaflower, tiene todavía mucho por descubrir por debajo de los límites del buceo recreativo.
Por todo esto se avanza satisfactoriamente en el segundo componente del convenio, el cual involucrará activamente a la comunidad de pescadores artesanales, en pro de la conservación de los corales y sus especies asociadas.