San Andrés, está volviendo descuidar su aspecto de paraíso terrenal, por cuenta de la mala disposición de los residuos sólidos (orgánicos e inorgánicos) que colman las aceras de algunos barrios, traspatios, sitios turísticos, áreas protegidas, así como lotes baldíos y edificios abandonados que son utilizados como depósitos ilegales de cualquier desecho.
Para el director de la Unidad de Servicios Públicos y Ambientales (USPA) de la Gobernación, Albron Hebron Corpus, la responsabilidad de la disposición de las basuras es exclusividad de cada habitante y aunque esta condición lleve todo el peso de la razón, en tiempos en que proteger el medio ambiente es un asunto de todos, resultan adversas las disociaciones.
Aunque la Administración Departamental, viene cumpliendo con la implementación de las políticas establecidas en el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS), que comprende divulgación y concientización, y también programan cuatro veces al año la recolecciones de desechos que no se lleva regularmente la empresa de aseos Trash Buster; la comunidad no está asimilando estas labores y se nota la suciedad en buena parte de la isla.
La Corporación Ambiental Coralina, tampoco tiene dentro sus programas ambientales planes para abordar esta problemática con la población; no existen campañas educativas que se implementen en escuelas y colegios, no hay publicidad institucional sobre esta temática, no hay posters o anuncios de concientización, ni aún en los sitios turísticos.
“Independientemente que sea responsabilidad del usuario, nosotros conjuntamente con distintas entidades de orden departamental y nacional programamos por las condiciones propias de la isla ya que no hay industria receptoras o empresas que aprovechen estos elementos, sacar estos residuos de la isla”, manifestó Hebron Corpus.
Una iniciativa particular de la gestora comunitaria, Ana García de Pechthal, llamada ‘Amor por San Andrés’, volverá este mes de abril, a través de la articulación con la Fuerza Aérea Colombiana y la Unidad de Servicios Públicos y Ambientales, a recoger material ferroso (chatarras) en diferentes puntos de la isla, pero falta que la comunidad se apersone de este empuje.
“Me gustaría ver a la comunidad llegar a estas jornadas y no solo a botar sus basuras, si no a colaborar, a preguntarnos en que nos puede ayudar, porque este es un tema que nos tiene que importar a todos los que amamos a San Andrés como es el lema de la campaña de limpieza”, expresó el coronel del Grupo Aéreo del Caribe, William Montenegro.
El elefante dormido
Alrededor de 20 mil toneladas de basuras se generan anualmente en la isla y llegan a dar al relleno sanitario Magic Garden, con escasas posibilidades de convertir esos desechos en dinero por lo que crecen las montañas, se abren más ‘Vasos’ para la recepción de los mismos, mientras que la Planta URS proyectada para incinerarlas e ir acabando con ese pasivo ambiental, reposa colosal en las inmediaciones del botadero, hasta que un milagro logre despertarla.
Por otra parte, los comparendos ambientales no están surtiendo efecto y en la mayoría de los casos evidentes de basureros a cielo abierto no se puede aplicar esta figura a menos que haya un acto de flagrancia.
Se sabe que el año pasado disminuyó sustancialmente la aplicación de los comparendos pero no fue precisamente porque la comunidad no realizó estas malas prácticas si no porque utilizó otras técnicas para deshacerse de sus basuras de manera ilegal.
Amor por San Andrés
Para cumplir con la norma, la persona o comunidad que tenga el interés de botar los materiales ferrosos que acumula debe solicitar por escrito, la autorización correspondiente a la USPA para ingresarlos al punto verde. Esta gestión puede tomar de una semana a 15 días y le puede generar una pequeña inversión.
Para el caso de maderas, electrodomésticos, residuos electrónicos y otros que no se permiten acopiar en la ruta de recolección usual, se debe acudir al encargado del transporte y recolección, que es la empresa de aseo Trash Busters, a través de un oficio o correspondencia, pero también tiene un costo.
“Si hay sitios donde disponerlos pero no hay una cultura adecuada y las personas no les gusta asumir los costos que implica deshacerse de sus basuras, a pesar de las divulgación que hemos hecho”, indicó el director de la USPA.
Se está lejos comprender que todos hacemos parte de la denominación de Reserva de la Biósfera Seaflower y las acciones mancomunadas para tener isla limpia son muy escasas, y a fin de cuentas la isla es nuestra casa y lamentablemente luce cada vez más impresentable.