Parece un espectáculo divertido, propio de las vacaciones, pero lo que se aprecia de este 'tour turístico' es el desconocimiento y/o el desacato a los lineamientos socializados por la Corporación Ambiental Coralina, que instruye a la no manipulación por fuera del agua de las ‘mantarrayas’, en este caso, en los alrededores del Acuario o Rose Cay.