No es posible la vida sin agua, y de su cantidad y calidad depende la supervivencia humana en cualquier circunstancia, más aún para las islas de Providencia y Santa Catalina que pretendemos sean para el disfrute sostenible de propios y visitantes. En estos días de festividades folclóricas en que los hoteles y albergues están a ‘full’, debe dar pena ver las cisternas vacías.
En diciembre de 1991, hace más de veinte años, se inauguró la represa de Fresh Water Bay en Providencia, con agua potable suficiente en exceso también para suplir las necesidades de pobladores y pasajeros.
Para obtener los recursos para ejecutar esa obra hubo que reducir la nómina intendencial en unas trescientas personas, además del efectivo control en el recaudo del impuesto del 10% a las importaciones, más la suspensión de las obras en el terminal del destechado aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla durante varios meses.
Con la construcción de esa represa se extrajo material de piedra y arena que cubrió la demanda en el archipiélago ante la prohibición del uso de arena de origen coralino que decretamos en protección de las playas y del medio ambiente.
El único recuerdo tal vez doloroso fue la incomprensión de las mayorías en el Consejo Intendencial que negaron la autorización de un empréstito destinado para adquirir e instalar una tubería de amplio diámetro que permitiría un mayor volumen en bajada que impulsaría con fuerza el agua para superar los puntos montañosos más altos de la isla y evitar el uso de bombas que hoy se requieren para hacer llegar el precioso líquido a los distintos sectores.
Pero valió la pena, sin agua no hay vida. Hoy tenemos que mantenerla. La represa de Fresh Water Bay es la vida del municipio. Es indispensable recuperar su capacidad perdida por la acumulación de sedimentos -que tenía que evacuarse dos veces al año por la compuerta instalada- y que en 20 años no ha ocurrido la primera vez.
La represa de Fresh Water Bay debe ser un parque a la vida, al equilibrio ecológico. Hemos leído y oído que el alcalde Arturo Robinson Hawkins está gestionando recursos y tecnología para recuperarla; esperamos que prontamente pueda lograr este, uno de sus cometidos prioritarios.