Eso fue Searchlight, el primer periódico de San Andrés, Providencia, y Santa Catalina. Un faro que se encendió con la potencia de la razón humana para exponer a la luz pública las injusticias de las que eran objeto los habitantes de las islas en aquel tiempo. En otras palabras, un acto de verdadera valentía como debe ser cuando uno desafía al destino.
Un buen ejemplo es Searchlight. No sólo de la genialidad de su fundador, el doctor Francisco Newball Hooker, que supo escoger bien el momento de ponerlo en circulación, sino del valor civil con que informó sobre la injusticia y la arbitrariedad aquella, ya fuere oficial o privada.
Como ningún periodista de la época se había tomado el trabajo de denunciar los abusos de las autoridades del departamento de Bolívar contra la población nativa del archipiélago, Newball, un juez de la república, lo hizo con gran carácter y sentido de la responsabilidad.
Mi impresión es que Searchlight es el modelo de periodismo que deberíamos seguir las nuevas generaciones entendiendo que nada ha de ser más importante que la vida y la dignidad humana. Pero lo que más aprecio de éste periódico centenario es su gran apertura y disposición para la crítica dándole “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, según se lee en su primer editorial.
En un país como Colombia que hace más de cuarenta años está matándose por diversas e inagotables causas, Searchlight es la muestra fehaciente de que los derechos constitucionales se pueden reclamar y hacerlos cumplir de manera pacífica siempre y cuando el lenguaje que se emplee para ello no sea irrespetuoso o calumnioso e injurioso.
Por tanto, es necesario no sólo salvar del olvido éste tesoro histórico del archipiélago, sino verter sus enseñanzas en la memoria colectiva para que nadie sobre el territorio insular pueda decir, más adelante, que no tiene un buen referente en la historia propia a quien emular.
Feliz centenario, Searchlight.
COLETILLA: “Ningún acto es tan irresponsable como el silencio frente a la injusticia”