A esta profundidad, el mar adquiere un color azul tornasolado. Un azul espeso e inquietante. Me cuesta distinguir si ha caído la noche. La luz del sol ya no llega hasta aquí, hasta este lugar en el que resulta difícil saber si se trata de un sueño…
Es una inmersión incómoda para mí, pero no para él, que se mueve con total destreza en aguas profundas. A decir verdad, la profundidad del mar siempre me ha inquietado. Imagino que, desde el fondo, emerge alguna criatura despiadada con la única intención de devorarme. Ese temor solo es equiparable al que siento cuando me veo caer al vacío, una de esas travesuras del inconsciente que me aterran, incluso más que soñar perdiendo los dientes.
Él lleva computadora de buceo, yo no… confió en su buen juicio para no terminar perdidos como muchos buzos que se aventuran en expediciones en las que se los traga el mar o los arrastra la corriente. No lo pierdo de vista, a pesar de que el agua es demasiado oscura y pesada. Intuyo que es un hombre por su figura corpulenta, pero bien podría ser una mujer con quien me encuentro inmersa en aquella vastedad, en aquella infinitud. No nos miramos. Ni encuentro ninguna señal que me permita confirmar o rechazar de quien podría tratarse. Siendo mujer u hombre, tiene la impavidez de los muertos, el rostro vacío, la imagen borrosa.
A pesar de estar ahora en la superficie, ni un gesto… Creí explicarle que es mejor pedir ayuda o nadar hasta la orilla. Ese bulto_verdigris, de apariencia humana, no tiene el rostro de los vivos, probablemente esté muerto. Es una maraña de humo, un enredijo de lama, flota.
En la antigüedad, los sueños tenían origen divino. ¿Son los sueños una extensión de la vida despierta o es la vida una extensión del contenido onírico? ¿Cuál es la génesis del sueño? ¿Qué toman los sueños de la realidad? ¿Qué toman los sueños de la vida espiritual?
He experimentado el efecto narcótico por nitrógeno; entonces hacía inmersión a unos 130 pies. El agua del mar se me hizo dulce y estuve tentada a quitarme el regulador de la boca. La experiencia de soñar es similar, es de euforia falsa.
En cualquier caso, resulta mejor nadar por los abismos acompañado de personas, cosas o lugares que ciertamente reconoces, aunque estén investidos. Soñar es componer el miedo o los deseos como en un collage…
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.