Bajo el cálido manto de las estrellas del Caribe, el músico isleño Luis ‘Lucho’ O'neill Reyes, nos transportó en su noche a un mundo donde las notas del calypso vibraron con el alma de San Andrés, Providencia y el Caribe. Refrescando nuestros corazones sedientos y despertando nuestra memoria dormida.
Haciéndola brillar. Iluminando nuestras mentes y sobre todo acariciando nuestros oídos con su deliciosa sonoridad.
Nuevamente, como ya es tradicional cada viernes en el escenario de ‘Caribbean Nights’, la música fluyó como el agua cristalina que baña nuestras playas, de manera sencilla y auténtica, pero llena de una emoción que solo los verdaderos calypsonians pueden transmitir.
La presentación de Luis O'neill no solo coincidió con la celebración del ‘Día de la Lengua Creole’ en las islas, sino que también fue un homenaje a la rica herencia cultural de nuestro archipiélago. A pesar de la mediana asistencia, el ambiente que se creó fue íntimo y acogedor, donde cada acorde resonaba con fuerza en los corazones de los presentes.
El lugar que ha visto desfilar a muchos artistas de distintos estilos sonoros, tanto de San Andrés como de Providencia y Khatlina, e incluso de otros lares, se convirtió en un refugio de melodías y ritmos contagiosos. Allí, el público disfrutó y compartió en una celebración que nos recordó la importancia de mantener viva nuestra cultura musical.
Y ni hablar de la gastronomía como los fish balls con baskin peppa y sorrell, para acompañar la velada.
Luis O'neill, conocido como el ‘Calypsonian’, demostró por qué lleva con orgullo este título. Su habilidad para entrelazar historias y emociones a través de la música es incomparable. Además de ser un talentoso intérprete, Lucho tiene una vasta experiencia como productor y músico original de la fabulosa agrupación The Rebels H.B., donde dejó su huella indeleble.
La noche no terminó con la actuación de Lucho. Rato después el conjunto Seven Colors subió al escenario, aportando una presentación llena de energía que mantuvo el espíritu de la fiesta en lo más alto hasta el final. Los intérpretes con sus ritmos contagiosos y su pasión por la música hicieron que todos los presentes se levantaran a bailar y celebrar la riqueza de nuestra cultura local.
El género calypso, con su mezcla única de influencias africanas, caribeñas y europeas, ha sido una piedra angular en la identidad musical de San Andrés y Providencia. Este estilo musical, nacido en Trinidad y Tobago, Barbados y demás islas, encontró en nuestro archipiélago un terreno fértil donde crecer y evolucionar. A través de letras ingeniosas y melodías pegajosas, el calypso cuenta las historias de nuestro pueblo, sus alegrías y desafíos. Y además con la riqueza verbal y única de nuestra lengua madre.