Para dejar claro, entendamos que la Real Academia de la Lengua define ‘minucia’ como: Menudencia, cortedad, cosa de poco valor y entidad. Buscando estimular la participación ciudadana y las actividades culturales, el gobierno nacional fijó una fecha anual para celebrar el Día del Patrimonio Cultural en el decreto 853 de 1998, “el cual se celebrará en todo el territorio colombiano”.
Buscando que no quedara en letra muerta, delegó en la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, la implementación de “los mecanismos y procedimientos y coordinar con las autoridades departamentales, distritales, municipales y los territorios indígenas, para la celebración”.
La ley 1185 de 2008 nos recuerda que “El patrimonio cultural de la Nación está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles, la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico”.
Según la ley 1158 los bienes culturales pueden pertenecer, “según el caso, a la Nación, a entidades públicas de cualquier orden o a personas naturales o jurídicas de derecho privado”. Finalmente, queda claro en la ley que “Los bienes que conforman el patrimonio arqueológico pertenecen a la Nación y se rigen por las normas especiales sobre la materia”.
Para que los gobiernos departamentales sean efectivos en el cumplimiento de sus deberes como guardianes del patrimonio cultural y no se hagan los desentendidos, deben conformar un Consejo Departamental de Cultura, encargado de liderar y asesorarlo en la formulación y ejecución de las políticas y la planificación de los procesos culturales. Este Consejo está integrado por 16 personas, entre las cuales están un representante de la educación superior y un representante de la comunidad educativa.
¿Será mucho pedir que luego de 24 de existencia este Consejo Departamental mostrara a la comunidad los logros alcanzados por su gestión?
“No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. No importa si fue San Agustín o Leonardo da Vinci, o cualquier otro a quien atribuir la autoría de esta frase; lo cierto es que ella encierra una verdad que hoy cobra validez, precisamente, por la celebración a la que nos referimos.
A raíz de la devastación causada por el Huracán Iota (devastación que no pudo ser evitada pero sí mitigada) se ha exacerbado el sentimiento de dejación en que las autoridades (de cualquier nivel) tienen este territorio. La cuestión es que se mira solo un aspecto del problema y no su integralidad.
Y la fecha del Día del Patrimonio Cultural nos permite reflexionar sobre esos aspectos del Hombre Isleño que se menosprecian y se toman a la ligera: son considerados minucias. La cuestión no es solo el territorio, la cuestión es la Persona en su integralidad. Que el territorio es importante, claro; pero no más que la costumbre de hacer pan los fines de semana. Que la lengua es importante, por su puesto; pero no más que la dignidad con que se celebraba el Día del Señor.
La isleñidad no es una colcha de retazos (eso es lo que quieren hacernos creer los que usufructúan el poder); ella en una unidad con múltiples, variadas y coloridas manifestaciones, que por no conocerse no se valoran ni pareciera que fueran parte de la identidad.
El papel de la Escuela en este proceso de crear una conciencia de amor a la cultura en todas sus manifestaciones quedó grabado en piedra en la ley 397, la cual modificó el numeral 3 del artículo 23 de la ley 115, así: “Los grupos de áreas obligatorias y fundamentales que comprenderán un mínimo del 80% del plan de estudios, son los siguientes: 3. Educación artística y cultural”. (Subrayado nuestro). De ese tiempo acá (24 años) mucho se puedo haber hecho, pero, claro, su omisión no importa a nadie, como que el gobierno departamental en su PDD nada habla del apoyo y fomento de las actividades culturales en las IEs a su cargo. Otra prueba más de cómo eso de lo cultural en una minucia.
Como conclusión digamos que en este momento en que se lucha por recuperar espacios de autonomía, es imprescindible salvar nuestra cultura, pues si olvidamos de dónde venimos, se perderá nuestra historia y nuestros antepasados. Es que lo nuestro es lo que nos da identidad.
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.