Norman Cabrera Martínez, es el nuevo comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia (CESYP). Tras su cuarentena preventiva y de aclimatación, EL ISLEÑO dialogó con el experimentado Capitán de Navío acerca de instrucciones, expectativas y también de las labores que en materia de control marítimo y ambiental se han mantenido, aún en tiempos de cuarentena, en la jurisdicción del Departamento Archipiélago.
Este alto oficial es oriundo de Bogotá y profesional en Ciencias Navales; tiene una maestría en Estudios Políticos Internacionales de la Universidad del Rosario y cuenta con más de 25 años de servicio, ejerciendo recientemente como Director de Lucha contra las Drogas en la Armada de Colombia; jefe de Planes y Operaciones de la Dirección de Operaciones Navales; y Comandante de la Unidad de Guardacostas del Caribe, entre otros.
Aun cuando no posee estudios específicos en el tema ambiental, su vocación natural hacia la conservación del planeta emerge clara y latente a lo largo de la conversación, sobre todo, desde su óptica como profesional en el mar.
El nuevo comandante recibió como una gran noticia su designación, puesto que este cargo ha sido tradicionalmente asignado a un Almirante. La sorpresa le llegó en el mes de junio, cuando todavía se desempeñaba como Agregado Naval en la Embajada de Colombia en los Estados Unidos.
Los retos del CESYP
Por efectos de la pandemia solo en julio pudo viajar al país, teniendo que permanecer 14 días en aislamiento preventivo y luego una semana en alistamiento, para posteriormente acudir a la ceremonia de relevo el 3 de agosto pasado en Bogotá.
“A San Andrés llegué a un segundo confinamiento estricto, pero desde mi casa comencé a despachar como comandante en propiedad”, explicó manifestando adicionalmente que la instrucción más importante que recibió fue la de trabajar para la comunidad de las islas.
“Y eso hemos tratado de hacer en este corto tiempo: apoyar en el tema de la pandemia, en la entrega de mercados y de agua potable, acciones que se han incrementado en esta época y donde estimo, ha sido muy valiosa nuestra colaboración. También hemos asistido a la fuerza policial en temas de seguridad y control, cuando ellos nos lo han solicitado”, añadió.
Al respeto del virus y su incidencia en la institución a su cargo, Cabrera Martínez comentó que en el CESYP se han impartido instrucciones estrictas a su gente para evitar una propagación mayor.
Se refirió a la existencia de una ‘Patrulla de Covid’, conformada por un equipo humano que verifica constantemente que las dependencias estén cumpliendo con los protocolos establecidos, “dado que tenemos un grupo poblacional muy grande, que además permanece junto todo el tiempo. Por eso la enfermedad nos ha afectado, aunque afortunadamente no hemos tenido que utilizar ni una cama de la red hospitalaria de la isla”, destacó.
También dijo que han recibido apoyo total desde Sanidad Naval, el Comando de la Fuerza Naval del Caribe y de la Gobernación de las islas, quienes han enviado suficientes elementos de bioseguridad, utilizados en el autocuidado del personal y para la limpieza y desinfección de los botes, entre otros usos.
La cuestión misional
Las noticias desde esta institución sobre operativos marítimos, atención a la comunidad y protección de medio ambiente, no han cesado. Aunque la actividad marítima turística descendió por cuenta de las medidas de prevención impartidas en todo el país, según el comandante del CESYP, las labores pesqueras se mantuvieron y por eso los patrullajes no cesaron, al igual que la defensa de los derechos históricos de esta práctica para los raizales, según orden presidencial.
“La misionalidad sigue, hemos mantenido nuestra capacidad en términos de control y patrullajes en el mar, asistencia en el campo social, y función policiva de Guardacostas; tanto así que se han desarrollado importantes operativos de interdicción y cooperación marítima”, señaló el oficial.
Relativo a operaciones que implican contacto transfronterizo, el comandante afirmó que se mantienen las buenas relaciones con los países centroamericanos y del Caribe; resaltó además que, durante su cargo anterior, se firmaron varios procedimientos operacionales y acuerdos con estas naciones para trabajar en conjunto.
Buenos vecinos
“Con Nicaragua no hay un acuerdo operacional constante, pero hay canales abiertos de comunicación, por eso hemos podido atender algunos requerimientos de carácter humanitario y operativo que se presentaron este año y que fueron de conocimiento público”, agregó.
Al respecto del control transfronterizo específico de algunas áreas marinas protegidas de la Reserva de Biosfera Seaflower que de acuerdo al fallo de La Haya de 2012 quedarían como parte integral de una o más naciones vecinas, el comandante Cabrera Martínez enfatizó “mientras no exista un tratado que –como lo dicta nuestra Constitución– es la única herramienta idónea para redefinir los límites de la nación, no podrá contemplarse lo dispuesto en dicha sentencia”.
Al referirse al control de las denominadas zonas ‘no entry’, donde son sorprendidos frecuentemente pescadores furtivos que aducen realizar esta actividad para el sustento diario, el comandante afirmó que muy a pesar de las dificultades que ha traído la pandemia, la protección de especies clave sigue siendo primordial.
“Por ejemplo, hace poco y gracias a la información de la comunidad, encontramos una lancha que realizaba pesca ilegal e incautamos su carga; al principio podía parecer que era de subsistencia, pero contenía varias especies protegidas como el pez loro (parrot fish) y caracol así que la embarcación fue puesta a disposición de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), y de la Secretaría de Agricultura y Pesca”, explicó.
Especies protegidas
El oficial también comentó que quienes realicen pesca a gran escala y sean sorprendidos capturando especies protegidas serán judicializados según las leyes del Estado colombiano.
No obstante, en el caso de pequeñas cantidades, piensa que son más efectivas las estrategias educativas que las sanciones, es decir, labores de pedagogía que verdaderamente hagan entender a esos pescadores porqué es importante, por ejemplo, no depredar el pez loro o porqué son fundamentales las temporadas de veda; que se trata de un tema de sostenibilidad ambiental y no de un capricho de los entes gubernamentales o de la autoridad ambiental.
Para ello insistirá, que desde el área de Acción Integral del CESYP, se realicen mayores acercamientos directos con los pescadores y no solo en los barrios, “para que el gremio entienda mejor este tipo de mensajes y comprenda que Guardacostas es su amigo, una entidad que tiene la misión de ejercer la protección humana y ambiental y que cuando hay emergencia en el mar, los van a rescatar”.
Igualmente, recordó a la ciudadanía que cuando existen actividades irregulares en el mar, lo que deben hacer es llamar a Guardacostas para que ellos procedan a enviar a la autoridad que atienda la situación.
Infantes: protectores por vocación
Es usual recibir noticias positivas sobre procesos de anidación/desove de tortugas en las islas cayos de nuestro archipiélago. Por eso, entre otras cosas, muchos nos preguntamos si los infantes de Marina que prestan servicio en estas zonas remotas del país, reciben capacitación previa sobre las especies protegidas y su cuidado.
Al respecto, Cabrera Martínez dijo que no se da dentro de su formación militar, pero que, como dentro de su misionalidad a la Armada le compete la protección del medio ambiente, los infantes reciben periódicamente capacitación (incluso en esta época de pandemia) para el cuidado de las tortugas, de parte de una ONG encargada de su protección, para que ellos sepan qué deben hacer y qué no, cuando haya algún avistamiento.
“Por fortuna, estos jóvenes tienen un compromiso muy alto en estos temas y no es necesario una indicación de un superior, porque ellos llegan con una formación previa. En el caso de Guardacostas, en sus cursos también tocan temas ambientales e incluso de cómo atender un derrame de crudo, a quién llamar y cómo enfrentarlo tan pronto se produce el hecho”, agregó.
Adicionalmente, señaló que al interior de la Armada se cuenta con figuras similares a los ‘vigías ambientales’, que verifican estos aspectos en cada unidad y que se cumplan los protocolos señalados en diferentes procesos.
Coralina aliada estratégica
El comandante comentó además, que ya tuvo acercamientos con las directivas de Coralina y que se realizó la primera acción conjunta, relacionada con el traslado hacia el departamento del Magdalena de un caimán aguja que llegó a San Andrés en 2018 procedente de esa región.
Como se recordará, desde esa fecha, el reptil permaneció en una laguna lodosa como hábitat provisional en las instalaciones del Cesyp, pero bajo inspección permanente de la autoridad ambiental.
“No somos peritos ni expertos en este tipo de temas, pero apoyamos a Coralina porque está dentro de nuestros deberes misionales; maniobra en la que contamos con la colaboración permanente de la Fuerza Aérea Colombiana y de la Policía”, añadió.
También confirmó que, como cada año, la Armada hará presencia en la Expedición Científica Seaflower que lidera la Comisión Colombiana del Océano (CCO) y que este año explorará Bajo Nuevo (al norte del archipiélago); destacando que para la institución es muy importante hacer parte de estas actividades de investigación y, más que nada, de protección de la reserva de Biosfera Seaflower.
Respecto a estas acciones de conservación, el comandante dijo que hace poco fue contactado por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), para transportar –como en otras ocasiones– toneladas de residuos especiales (llantas y electrodomésticos en desuso), posiblemente en el mes de noviembre. También mencionó varias de las jornadas de limpieza de playa que se han adelantado, tanto en San Andrés como en Providencia y Santa Catalina.
“La Armada de Colombia seguirá atenta y siendo participe de labores de protección ambiental –aun cuando hayan limitaciones presupuestales o tecnologicas–, porque es lo que nos permite que el planeta siga y porque es nuestro medio. Seguimos siendo conscientes del efecto de la presencia del hombre en el mar y por eso nuestra meta de ser cada vez más profesionales en nuestras actuaciones”, concluyó.