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Los juegos del hambre

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PINEDA.MUNOZ

La competencia por alimento en el océano aumenta a diario. Las pesquerías, los grandes depredadores y las aves marinas, compiten diariamente por el mismo recurso: los peces. Con bancos de pesca sobreexplotados y muchas especies en riesgo de extinción, conseguir el alimento en el océano es cada vez más difícil, y se ha convertido en una verdadera lucha por sobrevivir.

Las aves marinas tienen una asociación ancestral tanto con los pescadores como con los marineros. Los pescadores tradicionalmente han utilizado a las aves marinas como indicadoras de cardúmenes de peces y bancos pesqueros, y las aves a su vez se han beneficiado recibiendo alimento como vísceras y peces descartados de los pescadores.

Sin embargo, la pesca industrial ha roto ese frágil equilibrio con la sobreexplotación de los recursos pesqueros, reduciendo cada vez más el alimento que las especies marinas requieren para subsistir. Las aves marinas, por ejemplo, han visto sus poblaciones disminuidas en un 70% en las últimas décadas, principalmente debido a la falta de alimento que ha sido agotado por la sobrepesca.

El estudio publicado por científicos de la Universidad de Aberdeen, Escocia, el pasado 6 de diciembre (Grémillet et al. 2018), reporta que las poblaciones de aves marinas del mundo se encuentran padeciendo hambruna, y son ahora el grupo más amenazado dentro de las aves.

La investigación que estudió el consumo de presas de 276 especies de 1,482 poblaciones de aves marinas, y las capturas anuales de barcos pesqueros a nivel mundial desde 1970 hasta el 2010, reporta una competencia por los recursos entre las aves marinas y las pesquerías, la cual pone en riesgo a las aves en al menos la mitad de los océanos del mundo, en especial a aquellas que se alimentan de especies como anchoas, sardinas, crustáceos, caballas y_krill, entre otros.

Tras recopilar y analizar cuatro décadas de información, los investigadores lograron calcular un índice de competencia para cada área del océano del mundo entre 1970 y 2010. Los resultados obtenidos en dicho estudio son alarmantes: el consumo de presas por parte de las poblaciones de aves marinas se ha reducido en más de 13 millones de toneladas en las últimas décadas, mientras que las pesquerías siguen aumentado la captura de estas mismas especies en varios millones de toneladas durante este periodo.

Adicionalmente, factores como la destrucción de hábitat, disturbios y especies invasoras como roedores y gatos amenazan las poblaciones de aves marinas a nivel global; y como si no fuera poco, también se tienen que enfrentar a las consecuencias del cambio climático, y la contaminación por plásticos que afecta sus ecosistemas.

Las campanas de alerta sonaron para los investigadores tras evaluar los 40 años de datos que resaltan la batalla perdida que vienen luchando las aves contra las pesquerías, pues es claro que con tales tasas de pesca, estas se encontrarían en riesgo de extinción por falta de alimento. Y es que mientras la captura de peces por parte de las aves disminuye, las de las pesquerías siguen aumentando.

David Grémillet, investigador principal del estudio comentó que “era frustrante ver las aves morir de hambre en Europa y Suráfrica a causa de las pesquerías”, lo que lo llevó a plantearse si esto era un fenómeno localizado o algo global.

Posteriormente organizó un grupo de investigación internacional con otras universidades en las que recopilaron y analizaron la información que permitió entender como esta competencia entre aves y pesquerías se ha desenvuelto a una escala global, haciendo un fuerte llamado a mejorar el manejo de las pesquerías del mundo, con el fin de aliviar dicha competencia y presión en las poblaciones de estas especies.

Notas ecológicas sobre las aves marinas

Las aves marinas son aves que se encuentran adaptadas para vivir en ambientes marinos y costeros. Aunque varían enormemente en sus comportamientos y fisiología, generalmente exhiben adaptaciones similares, debido a que han sido moldeados por las mismas presiones ambientales.

Dentro de las características propias de este grupo se reconoce su maduración tardía, menor número de crías y cuidado parental, y mayores tiempos de vida que otras aves. La mayoría de las especies anidan en colonias que pueden variar en tamaño, con agrupaciones que van desde algunas docenas hasta millones de individuos.

Muchas especies son conocidas por sus largas migraciones anuales, en las cuales cruzan el ecuador o incluso atraviesan la tierra para evadir los inviernos. Se alimentan tanto en la superficie del océano como bajo él, y en algunos casos hasta de otras aves. Pueden ser pelágicas, costeras, o en algunos casos pasar la mayor parte del año lejos del océano. Sin embargo, la característica que agrupa a las aves marinas es que todas se alimentan en el mar (con contadas excepciones).

Las aves marinas han evolucionado para explotar diferentes recursos en los océanos del mundo, y en gran medida su fisiología y comportamiento ha sido modelado por su dieta. Algunas de sus adaptaciones para la vida marina incluyen la morfología de sus alas, las cuales pueden variar entre especies, con alas largas y ligeras para especies pelágicas y cortas para especies buceadoras.

Especies como el alcatraz, las cuales forrajean en vastas áreas del océano, tienen una capacidad reducida de vuelo y son dependientes de los vientos para lograrlo. Adicionalmente, la mayoría presentan membranas interdigitales en sus patas, las cuales favorecen el movimiento en el agua sirviendo de ‘aletas’. Presentan además glándulas salinas para eliminar el exceso de sal que ingieren al alimentarse en el océano, lo cual es particularmente importante para aquellos que consumen crustáceos.

Desde 1950 las poblaciones globales de aves marinas han caído, y la culpa es principalmente del hombre. Las actividades de la pesca industrial, en particular, han estado robándole el alimento a las aves marinas, convirtiendo sus vidas en verdaderos juegos del hambre, y poniendo a sus comunidades en riesgo de extinción.

La pérdida de las aves marinas resultaría no solo en la mera pérdida de biodiversidad para nuestros océanos, sino además en la perdida de funcionalidad ecosistémica marina. Se debe hacer seguimiento al daño causado por las pesquerías en las poblaciones de aves marinas, pues solo así podremos empezar a protegerlas.

*Bióloga Investigadora, Fundación Seaflower

Literatura citada:

D. Grémillet, A. Ponchon, M. Paleczny, M.-L.D. Palomares, V. Karpouzi& D. Pauly, “Persisting worldwide seabird-fishery competition despite seabird community decline,” Current Biology, 2018. DOI: 10.1016/j.cub.2018.10.051

Última actualización ( Sábado, 15 de Diciembre de 2018 09:25 )  

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