Este 3 de octubre se dieron por terminadas las investigaciones científicas del primer turno de trabajo de la Expedición Científica Seaflower en isla cayos de Albuquerque, zona hacia donde se embarcará un segundo grupo de investigadores, entre el 4 y el 14 de octubre.
Las investigaciones se han desplegado con el apoyo de las embarcaciones menores ‘Mr. Turbit’ de Coralina; ‘Star Pride’, de la Secretaría de Agricultura y Pesca; y ‘Grace’, perteneciente a la cooperativa de pescadores artesanales ‘Spath’.
Un día antes de terminar este primer turno, el campamento instalado en North Cay recibió la visita del contralmirante Juan Francisco Herrera, comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia (Cesyp) y del secretario de Agricultura y Pesca Departamental, Erlid Arroyo, con quienes los expedicionarios socializaron algunos hallazgos de esta fase de expedición.
Balance preliminar
El proyecto de integridad ecológica logró levantar información de 27 estaciones (de 30 programadas), durante una semana de muestreo en campo en que se evaluó la cobertura coralina, enfermedades que afectan los arrecifes de coral y la presencia de consorcios de cianobacterias asociados a estos.
Adicionalmente, realizaron 26 evaluaciones rápidas de arrecifes con el fin de analizar la tendencia histórica de estos organismos formadores de ecosistemas, que han sido monitoreados gracias a una grilla de muestreo que la Corporación Ambiental Coralina ha levantado en los años 2002, 2009 y 2012.
Estos muestreos permitirán identificar cambios en los patrones de la estructura comunitaria de los arrecifes coralinos y organismos bentónicos; además de determinar la variabilidad que la cobertura coralina ha sufrido a los largo de los años, observando la mortalidad del coral cuerno de alce (Acropora palmata), aunque también se observan individuos vivos de esta especie en peligro de extinción.
La principal enfermedad coralina observada es la denominada ‘banda negra’; y en cuanto a las cianobacterias, se han identificado cinco diferentes morfotipos que colonizan los sustratos disponibles, compitiendo por este factor limitante del que requieren los corales para establecerse.
Censo de peces y aves
Uno de los organismos evaluados en los arrecifes coralinos de Albuquerque fueron los peces; tras un muestreo realizado en 30 estaciones censadas por técnicas de buceo errante, se identificaron un total de 193 especies.
Esta información será comparada con datos recopilados por el mismo equipo de investigadores, según sus observaciones en versiones pasadas de la Expedición; lo que permitirá tener una visión integral de la composición y estructura íctica en la Reserva de Biosfera Seaflower y comprender cómo la teoría de biogeografía de islas influye en estos aspectos.
En cuanto al componente ornitológico, este proyecto ha observado un total de 52 especies de aves, de las cuales apenas tres son residentes y el resto migratorias.
Estos avistamientos se han realizado principalmente en North Cay y South Cay, evidenciando además un deterioro en este último, por efecto de la contaminación por residuos sólidos. Por lo que se sugiere tomar acciones para limpiar y dar manejo en esta isla cayo.
Respecto al proyecto de valoración ecosistémica de los arrecifes coralinos, se visitaron un total de 16 estaciones para determinar la complejidad topográfica de la barrera de coral, la diversidad y abundancia de peces, cobertura de bentos con cerca de 53 videotransectos y se llevaron a cabo censos de biodiversidad de macroalgas y la evaluación de las interacciones que se dan entre corales y céspedes algales.
En ese sentido se instalaron cuatro sensores (dos adentro y dos fuera de la barrera coralina), que tomaron igual número de datos de manera continua durante cinco días. Esto permitirá cuantificar la altura del oleaje en dicho periodo y evaluar así la función de protección costera que cumplen las barreras de coral de este complejo arrecifal.
Investigación a ‘profundidad’
Dentro del informe de este primer turno de trabajo, también se destaca el despliegue del SepiaROV ensamblado en San Andes y que permitirá por medio de registro en video, conocer la fauna a la que buzos con equipo de buceo autónomo no pueden acceder.
Uno de los retos de la investigación científica marina es comprender no sólo ambientes someros sino también profundos, así que mediante una inmersión a 50 metros de profundidad en un cantil al sur de Albuquerque, se lograron observaciones importantes mediante este equipo electrónico.
Dada la interdisciplinariedad de estas expediciones, el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) del Caribe, y su proyecto de caracterización de parámetros físico químicos e hidrodinámica, realizó la totalidad de los muestreos proyectados para la fase de campo de la Expedición de este año.
Con un balance que superó las expectativas proyectadas, reportaron el levantamiento de siete transectos con 71 estaciones, para evaluar las condiciones de la columna de agua que variaron en profundidad entre uno y cien metros.
Con el propósito de establecer la variabilidad de las condiciones oceanográficas, dentro y fuera de la barrera arrecifal, se midieron parámetros como temperatura, PH, conductividad, fluorescencia y la concentración de oxígeno en la columna de agua para cada una de las estaciones.
Finalmente el equipo de la Dirección General Marítima (Dimar) con el proyecto de generar un sistema de información geográfica de la Expedición Científica Seaflower 2018, aportó a lo largo de primer turno de investigación, herramientas geomáticas como apoyo transversal a la captura de información geográfica de los proyectos realizados por otras instituciones, además de brindar herramientas para la planificación de los muestreos.
Esto a través de un aplicativo móvil que también registró las observaciones realizadas por los investigadores día a día, igualmente apoyó a los expedicionarios en la captura y replanteó de coordenadas para que lograsen obtener una mayor precisión en sus investigaciones.
Todos los puntos visitados por los diferentes proyectos de investigación han sido ingresados a la base de datos geográfica y dispuesta a través de una aplicación web GIS para que el público general tenga acceso en caliente a los avances de esta expedición.
* Información enviada por Juliana Sintura Arango, asesora en Ecosistemas Estratégicos de la Comisión Colombiana del Océano y coordinadora general de la Expedición.
Fotografía: Juliana Sintura Arango, Santiago Estrada Robledo y Fundación Seaflower.
