Por fin se anunció públicamente el inicio de las obras de construcción de la nueva Casa de la Cultura de North End, que tras 25 años de franco deterioro y la consabida ausencia de programas, comenzará a edificarse a finales del mes de julio por cuenta del consorcio Edificación SAI y un valor de 8.947.889.268 millones de pesos. Sentimientos encontrados.
Mensajes de felicitación acompañaron este anuncio, pero a través de redes sociales, algunos isleños refutaron el diseño del edificio de dos pisos, al que catalogaron de no respetar la arquitectura Caribe que se pretende conservar en las islas.
Al respecto, Samuel Robinson Davis, presidente de la Asociación Casa de la Cultura y garante del cumplimiento del proyecto, dijo que ha escuchado algunas voces, sin embargo esto no ha opacado la alegría de los miembros fundadores, ya que la Casa de la Cultura por fin será una realidad.
“Personalmente luché para que el diseño fuera acorde con la tradición de San Andrés, con nuestro paisaje que es armonía, pero quiero decirle a la comunidad que esta construcción debe tener una serie de especificaciones técnicas que obligaron a su diseño final”, manifestó.
Entre las observaciones, Robinson Davis explicó que se busca que no pase como con la Casa de la Cultura 'Tamarind Tree' de la Loma, que a siete años de su construcción ya luce deteriorada.
El proyecto de la construcción de la nueva Casa de la Cultura de North End data de la administración de Aury Guerrero Bowie, y desde entonces ha pasado por toda una suerte de obstáculos y replanteamientos, entre los que cabe mencionar las veces que el diseño tuvo que surtir correcciones por orden ministerial.
¿Qué tendrá?
Durante el proceso fueron objetadas también la necesidad de contar con una biblioteca por "tener muy cerca a la del Banco de la República"; también se vio innecesaria la construcción de una galería o museo, pero en contrapeso no solo se logró que dejaran estos servicios, sino además: una amplia concha acústica, escuela de bellas artes y auditorios para actividades culturales variadas. Todo lo anterior dotado con tecnologías adecuadas.
El área de todo el lote es de 5.634,69 M2, con una zona de construcción en el primer piso de 2.276,1 M2 y en el segundo piso de 1.292, 46 K2, lo que deriva en que abarcará parte del sector adyacente al atracadero de lanchas, que será reubicado presumiblemente en muelle construido en la Avenida Newball, frente al comando de la Policía Nacional.
Por otra parte, el Fondo Nacional de Turismo (Fontur), ha estado trabajando en el proyecto de construcción de un muelle para veleros que ocupará un moderado acceso de este espacio tras ser liberado.
La facultad que tendrá este muelle, así como los servicios de cafetería y restaurante que tendrá la Casa de la Cultura de North End, se destinarán entre otros recursos, para el sostenimiento de los programas, el personal docente, el administrativo y de logística.
“San Andrés, es un caso-sui generis, por eso su vocación turística y cultural, deberán ser involucradas en conjunto… por ejemplo, las actividades deberían atraer al turista para que deje recursos por los servicios brindados que ayuden también al sostenimiento”, concluyó Robinson Davis.
La construcción de la Casa de la Cultura de North End, es hoy una realidad que tienen que abrazar los más optimistas, pero también es un reto que hay que acompañar con los ojos bien abiertos para no repetir aciagas historias no tan pretéritas
Guardianes de la cultura
Entre el inventario de lo que queda en la antigua construcción y que deberá tener un sitio de honor en la nueva sede, están las publicaciones atesoradas en la biblioteca 'Francisco Newball' –algunas muy deterioradas–, un piano de cola, y los instrumentos musicales de la agrupación ‘Los Legendarios’ a quienes, por cierto, no les importó cuán deteriorado estuviera este sitio por todos estos años: simplemente se rehusaron a abandonarlo. .