Cuando en 1994 se aprobó la Ley 115 con el beneplácito de FECODE, luego de un arduo y tortuoso proceso de dos años y medio, quedó establecido que “Para el logro de los objetivos de la educación básica se establecen áreas obligatorias y fundamentales del conocimiento y de la formación”; una de ellas es la Educación Física, Recreación y Deportes (EF).
Recordemos que la EF no solo contribuye al buen estado físico y la salud de los niños, sino que les ayuda a comprender la actividad física, aporta conocimientos y habilidades, como el trabajo en equipo y el juego limpio, a cultivar el respeto, la conciencia social y del propio cuerpo y les proporciona una idea general de las “reglas del juego”, que los estudiantes pueden practicar en otras Áreas o situaciones de su vida cotidiana.
La importancia de la asignatura en la vida del estudiante fue analizada en el Tratado de Lisboa (2009), de modo que Eurydice elaboró un informe con el fin de “identificar las principales preocupaciones y fortalezas respecto a la educación física en la escuela en Europa”, elevando a “actividades obligatorias” en la educación primaria y secundaria inferior, el Atletismo, la Danza, los Juegos y la Gimnasia, entre otros.
Se esgrimen razones de orden histórico y cultural en la elección de las actividades físicas escolares, viéndose “reflejado en la enseñanza de bailes tradicionales y de juegos arraigados en la cultura social”.
En esa dirección andaban los docentes Edesie Kelly, Paulina Bowie y Lauro Bryan cuando en 1998 publicaron lo que ellos llamaron un ‘booklet’ titulado ‘Yesterday Ring Plays and Gamesfor Today’s Generation’, con el argumento de que “an important part of the popular culture of the Archipielago of San Andrés, Providence and Santa Catalina, isform of tradicional ring plays and games”.
Obviamente no tuvo ninguna repercusión ni apoyo como corresponde a nuestras autoridades educativas o no. Caso contrario al Informe Eurydice citado.
Con razón Sonia Perrilla advierte que en Colombia “la educación física no da un brinco”, impidiendo que la Escuela aporte al desarrollo y a la paz a través del deporte, como lo piensa la ONU: “Reconocemos la creciente contribución del deporte al desarrollo y a la paz en cuánto a su promoción de la tolerancia y el respeto…”
Conspiran contra esta iniciativa la malentendida ‘autonomía’ escolar que deja el ‘currículo’ al libre albedrío de cada IE, contrario a lo que establece la UE para sus Escuelas.
La OMS recomienda por lo menos una hora diaria dedicada a actividades físicas; la Escuela dedica escasas 80 horas al año. Las consecuencias: los escolares tienen deficiencias de talla y peso muy grandes, y sus niveles de eficiencia física son muy bajos frente a estándares de sus pares de la misma edad de otros países, como Cuba y Brasil, con estudios similares, como lo demostró Mauricio Garzón, coordinador de rendimiento deportivo del IDRD de Bogotá.
Por la relación técnica docente-estudiante en el aula, del Decreto 3020 de 2022, en la Educación Básica Primaria hay un docente por grupo, obligándolo por razones monetarias, de equidad y cobertura a desarrollar con sus estudiantes un área del conocimiento para la cual no necesariamente se halla preparado.
También conspiran los espacios físicos los cuales imposibilitan que allí puedan niños de 5 a 17 años realizar alguna actividad que verdaderamente conduzca a un desarrollo muscular, óseo o a mejorar funciones cardiorrespiratorias.
Por su parte, la recreación, entendida como la actividad agradable y disfrutable desarrollada durante el tiempo libre ya sea individual o colectivamente, y de la cual se deriva una satisfacción inmediata, tiene tal importancia que Víctor Vergara, director de la Asociación Nacional de Preescolar, piensa que "El recreo es un espacio que debería considerarse parte del currículo”, pues permite evaluar en contexto la forma como los niños socializan de manera natural sin la presencia del maestro.
Sin embargo, Juan Manuel Carreño-Cardozo y otros, de la UPN, encontraron que el tiempo en la Escuela no tiene posibilidad del azar, atentando contra la esencia misma de la recreación, pues en aquella “todo está fríamente calculado”: “El horario, el reloj y el control van unidos a la organización escolar (…) pareciera que el tiempo libre en la escuela no es posible, el tiempo para la libertad no se debe educar, es mejor pensar en educar bajo la premisa de un tiempo ocupado y un tiempo poco liberado”, afirman sin ambages.
Si se removieran los obstáculos y se facilitaran los procesos, la Escuela a través del deporte y la recreación podría alcanzar el objetivo de ser constructora de paz y fuente de desarrollo para la comunidad, como lo propone la ONU al establecer el día 6 de abril como el “Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz”, y de lo cual, muchos apenas se acaban de enterar.